EMOCIÓN Norma Villarreal, su esposa, lo recordó de manera sentida. El vecino tuvo por más de medio siglo un local de lavado de alfombras, el cual estaba ubicado en Loria.
El pasado miércoles se cumplieron dos años de la partida de Eulalio Brun, un vecino de Lomas que se destacó como comerciante en pleno centro del distrito gracias a su local de lavado de alfombras, el cual atendió por más de medio siglo. Norma Villarreal, su esposa, dialogó con La Unión y lo recordó sentidamente en este nuevo aniversario, dejando en claro que su esposo era muy querido por todos los comerciantes de Lomas.
Nacido en Uruguay el 22 de febrero de 1946, Eulalio vino a Argentina junto a su anterior esposa y al primero de sus tres hijos con el objetivo de asentarse económicamente y asegurar un futuro para su familia. Brun eligió a Temperley como su nuevo hogar y su casa estaba ubicada justo al lado de la de Norma, quien luego sería su pareja. "Yo tenía nueve años cuando lo conocí a Eulalio. Él ya trabajaba en el rubro de las alfombras", rememoró.
Las casualidades de la vida hicieron que, con el pasó el tiempo, Eulalio y Norma se casaran. "Estuvimos 24 años juntos y fueron los momentos más felices de mi vida, hasta que Dios nos separó", dijo, con una tristeza que se notaba en el tono de sus palabras.
Estuvimos 24 años juntos y fueron los momentos más felices de mi vida, hasta que Dios nos separó.
Cabe resaltar que "La casa del lavado de alfombras" estaba ubicada en Loria 312 y se dedicaba a la colocación y limpieza de alfombras. Eulalio atendió ese negocio durante 53 años, hasta que llegó la pandemia y debió resguardarse para cuidar su salud: era electrodependiente y sufría de EPOC (Enfermedad pulmonar obstructiva crónica).
"Eulalio era muy querido, se le puede preguntar a cualquiera de los comerciantes y te van a decir que era un hombre muy servicial que ayudaba a todo el mundo. El apellido Brun lo llevo con gran orgullo por la humildad que manejó a lo largo de su vida", aseguró su mujer, con mucha emoción.
Eulalio era muy querido, se le puede preguntar a cualquiera de los comerciantes y te van a decir que era un hombre muy servicial que ayudaba a todo el mundo. El apellido Brun lo llevo con gran orgullo por la humildad que manejó a lo largo de su vida.
Pese a estar aislado y al cuidado del Coronavirus, la pandemia le ganó la pulseada: la angustia por el encierro y la muerte de su hermano, en 2020, lo llevó a desmejorar y a fallecer. "Su ausencia la siento de la misma manera, como el primer día. Lo extraño en cada momento", añadió, entre lágrimas.
"La casa del lavado de alfombras" sigue de pie gracias a la propia Norma, que se hizo cargo del negocio: actualmente funciona en su propia casa ubicada en Díaz Vélez 622.