46 AÑOS DESPUÉS "Vinimos para lograr justicia, no venganza", sostuvieron luego del veredicto por el crimen de su madre y los abusos que sufrieron en el hogar de Banfield.
Los hermanos Ramírez, víctimas de maltratos y abusos en el Hogar de Belén de Banfield durante la última dictadura militar, expresaron su alivio y su desahogo por haber obtenido justicia después de 46 años.
Tenían 2, 3 y 5 años cuando las fuerzas represivas mataron a su mamá, Vicenta Orrego Meza, en 1977. Los seis años siguientes fueron un verdadero calvario para Carlos, María y Mariano Ramírez. Fueron derivados al hogar ubicado en Pueyrredón 1.651, en Banfield Este, donde los golpearon, los violaron y les robaron la identidad hasta 1983, que los rescató su familia.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1 de La Plata condenó a prisión perpetua a los responsables del crimen de su madre y a cinco años de cárcel a una exsecretaria judicial considerada "partícipe necesaria" de los tormentos en el hogar. Si bien nadie fue condenado por los abusos, ya que los imputados murieron o están enfermos, los jueces emitieron una "declaración de verdad" para dejar asentado judicialmente todo lo que padecieron en el Hogar de Belén.
"Hubo justicia y es lo que tenía que ser. Estas condenas y este derecho a la verdad es importante para la historia nuestra y la historia argentina", dijo emocionada María Esther en charla con Télam, tras escuchar la sentencia tomada de la mano con sus hermanos. En la misma línea, destacó que la Justicia haya aceptado el pedido de convertir al Hogar de Belén en Espacio de Memoria: "Es mi deseo poner allí los cuadros míos, que hablan de todo lo que pasé allí. Esos cuadros pertenecen a ese lugar".
Por su parte, Mariano acotó brevemente su sensación de alivio: "Se dio justicia. Nosotros nunca vinimos por venganza". Palabras similares tuvo su hermano Carlos, también emocionado: "Vinimos para lograr justicia, no venganza, y para que las generaciones y la gente que trató de borrar la historia sepa que esto pasó y que nunca más debe pasar".
"Estuvimos muchos años presos (en el Hogar de Belén), separados, borrada nuestra identidad y con este juicio pudimos entender lo que había detrás y el valor de la familia, de mamá y de papá. Mis hijos aún no saben dónde está su abuela, pero ahora podré contarles todo esto que vivimos hoy", añadió Carlos.
Los tres hermanos vinieron especialmente desde Suecia, donde viven desde que salieron del hogar de Banfield. Los acompañó su padre, Julio, quien estaba preso cuando mataron a Vicenta y logró rescatarlos del hogar luego de seis años.
"No tenía visitas en la cárcel pero me viene la noticia de que habían atacado mi casa y que mis hijos murieron. Pero yo conocía a mi señora. Yo había soñado que salvó a los niños y eso fue lo que pasó. Yo tenía fe que los chicos estaban vivos", relató Julio. Tras la sentencia, sostuvo que "esto les hará bien y les permitirá reconstruirse como personas".