CENTENARIO El joven perdió un ojo durante un allanamiento por error en 2020 y le quedaron graves secuelas emocionales. El oficial imputado está en libertad.
El caso de Ignacio Seijas, el joven que en 2020 perdió un ojo durante un allanamiento por error en Centenario, fue elevado a juicio por el Juzgado de Garantías Nº5 de Lomas de Zamora.
El debate oral tendrá como imputado a Daniel Antonio David, un oficial del Grupo de Apoyo Departamental que le disparó en el rostro a Ignacio con un arma cargada con balas de goma. Por el momento está en libertad.
Todavía no se sorteó el tribunal llevará adelante el proceso y tampoco se confirmó la fecha de inicio. La familia de la víctima espera con ansias el comienzo del debate mientras intentan sostener emocionalmente a Ignacio, quien llegó a estar 11 meses internado por intentos de suicidio.
"Por ahora vamos a juicio, todavía no me dijeron la fecha. Ignacio no está preparado para declarar, porque está muy delicado de salud. Estamos luchando para sacarlo adelante por las secuelas que le dejó Daniel Antonio David. Es una locura lo que le hicieron a mi hijo", comentó Marina Candia, mamá del joven baleado, en charla con La Unión.
La mujer explicó que el policía imputado "estuvo solamente un mes preso", ya que "la jueza Marisa Salvo cambió la carátula de tentativa de homicidio a lesiones graves y quedó en libertad".
Cabe recordar que la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires había confirmado que se presentaría como querellante en el juicio.
EL HECHO
El brutal episodio tuvo lugar el 20 de junio de 2020, en Rawson al 1.800, cuando un grupo de policías del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) y de la Comisaría 7ª de Centenario irrumpieron por en el domicilio de Ignacio Seijas para buscar electrodomésticos que habían sido robados en una escuela del barrio. Sin embargo, se confundieron de departamento y entraron en la dirección equivocada.
Cuando Ignacio escuchó los gritos, quiso entrar a la casa para ver qué pasaba. Para hacerlo tenía que atravesar una puerta de chapa desde el patio, que no tiene cerradura ni picaporte, por lo que usó una especie de cuchillo tipo Tramontina. No llegó a dar un paso que se encontró con los oficiales y el subteniente Daniel le disparó con su escopeta. No dio la voz de alto y las postas de goma hirieron a "Nacho" directo en la cara.
Bañado en sangre, el joven fue tirado al piso, pateado e insultado sin entender lo que sucedía, según contó la familia en su momento. El impacto de la bala hizo que Ignacio perdiera su ojo.