LESA HUMANIDAD Relataron el secuestro de sus parientes y la angustia de no saber qué ocurrió con ellos. Además, revelaron las burlas que recibieron durante la búsqueda.
Crédito: Captura de transmisión.
Una de las testigos se quebró al hablar de sus familiares desaparecidos.Dos familiares de personas desaparecidas durante la última dictadura militar expusieron crudos testimonios en una nueva audiencia del juicio que unifica los delitos cometidos en el Pozo de Banfield, el Pozo de Quilmes y el Infierno de Lanús.
María de las Mercedes Esteves relató las desapariciones de sus hermanos José María y Gabriel, y de su cuñada María de las Mercedes Funes, quien estaba embarazada cuando la secuestraron. Por el relato de sobrevivientes, se enteró que los sus hermanos estuvieron cautivos en el Pozo de Banfield, centro clandestino de detención que funcionó en Siciliano y Vernet. Al día de la fecha, no se sabe dónde están ni qué les hicieron.
"Mi hermano José María tenía 27 años. Estaba casado y tenía un hijo de pocos días. Un grupo de ocho personas irrumpieron en su casa de Haedo y se lo llevaron. Se hicieron varios hábeas corpus, se habló con militares y no hubo ninguna información de ningún tipo", expresó Esteves ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata.
La mujer contó que tres meses después del primer secuestro, el 22 de agosto de 1977, las fuerzas militares se llevaron a Gabriel y a su esposa María de las Mercedes Funes: "Él tenía 25 y ella, 24. Por relatos de familiares sabemos que María de las Mercedes estaba embarazada. Existe un sobrino o sobrina que buscamos y que tendría que haber nacido a principios de 1978".
"La dictadura implementó el terrorismo de Estado, cometió crímenes de lesa humanidad y después de 47 años no tenemos ninguna información de ellos. Por eso estos crímenes continúan en el presente y pido justicia", remarcó con tristeza.
Acto seguido, declaró Ana Eugenia Mazzoti Percivati Franco, hija de María del Carmen Percivati Franco y Daniel Aldo Mazzotti. La pareja estudiaba en la UBA y vivía en Haedo. "Con otros militantes llevaban alimentos y ropa a los asentamientos. Me contaron que mi papá era bueno. Todo lo que sé de él lo sé porque me lo contó alguien. Yo tenía un año y medio cuando se los llevaron", reveló con la voz quebrada.
El relato del secuestro fue estremecedor. Un grupo de policías ingresó a la casa el 1º de agosto de 1977 para llevarse a Daniel. Su esposa María del Carmen les dijo "si lo llevan a mi marido, me llevan a mí". Al ver que efectivamente la secuestraban, el padre de María los increpó: "Si se llevan a mi hija, me llevan a mí". Los policías no dudaron en llevarse a los tres. El papá de la joven fue liberado, pero ella y su marido no volvieron nunca más.
Ana explicó que hubo "una búsqueda incansable durante muchos años" y que hace muy poco tiempo supo que su mamá había estado en el Pozo de Banfield. A su vez, dio a conocer una repudiable burla que la familia recibió por parte de las autoridades de ese momento: "Fueron crueles. Llegaron a decirle a mis abuelas que ponga los dos platos en la mesa, que los chicos vuelven para las Fiestas".