DÍA DE LA MADRE A cargo de los carruseles de las plazas San Martín, de la Steinberg y del Parque Finky, las tres mujeres contaron cómo es trabajar con "hijos del corazón" .
En lugares que suelen estar repletos de chicos y de chicas, ellas también cumplen un rol de madre. En los espacios públicos lomenses existen calesiteras que están a cargo de un juego emblemático que gira sin parar a través del paso de las generaciones. Pero, además de su tarea, también brindan amor, contención y cuidado a sus "hijos del corazón". En el Día de la Madre, el Diario La Unión homenajeó a tres mujeres que trabajan como calesiteras en las plazas San Martín de Turdera, Steinberg y el Parque Finky, quienes contaron cómo es su relación con los niños, sus padres y las sensaciones de llevar a cabo un trabajo que les genera muchas satisfacciones.
Oriana trabaja en la calesita ubicada en la Plaza San Martín de Turdera (Suipacha 101) y admitió: "Hay nenes que vienen a esta calesita y me dicen mamá". "Se puede decir que soy como la tercera madre después de la propia de cada uno y de sus señoritas del colegio, yo siento que tengo hijos del corazón", resaltó, con una inmensa felicitad al recitar cada palabra que dijo con puro sentimiento.
Se puede decir que soy como la tercera madre después de la propia de cada uno y de sus señoritas del colegio, yo siento que tengo hijos del corazón.
La historia de Delia Santarelli, la calesitera del Parque Finky (situado entre las calles San Basilio y Santa María) es muy particular: coincidió con su colega Oriana al considerarse la tercera mamá, pero con la particularidad de que ella también supo ocupar el rol de segunda madre como docente: "Trabajé en la Escuela Nº63, donde fue Diego Maradona y a quien tuve la suerte de conocer, y en la Escuela Nº6, donde me jubilé en el 2000. Por la mañana era maestra y por la tarde calesitera, profesión que sigo haciendo con mucha pasión y que compartí por mucho tiempo con el famoso Don Juan, que es mi esposo".
En la Plaza Steinberg, ubicada en Balcarce y Cerrito, hay otra famosa calesita de Lomas que es atendida por Valeria Estrella. "Antes venía Alberto, el abuelo de mi hija, que hace como cuatro décadas que tiene la calesita. Hace poco más de un año que estoy yo a cargo, sigue todo en familia y los clientes prácticamente son los mismos", contó.
Todas aseguraron que el trato con las madres y los padres es excelente y que llegan a formar vínculos con ellos, entre charlas y tiempo compartido. "Con las madres que vienen con sus hijos a la calesita nos conocemos y hablamos de todo. La relación es muy buena, este es un ambiente muy lindo y siempre se regala alegría, además de vueltas en la calesita", dijo Delia, entre risas.
El trato con las madres y los padres es excelente y que llegan a formar vínculos con ellos, entre charlas y tiempo compartido.
"Con las mamás y los papás nos llevamos muy bien, yo me siento muy feliz de ser parte de este proyecto. Una vez, una madre me dijo que su hija quería ser calesitera como yo, eso es un orgullo. Es un trabajo que me gusta, nunca quiero faltar porque amo a los nenes", reveló Oriana, en armonía con sus compañeras. "Yo, como soy mamá, entiendo muchas cosas de los chicos. Cada uno de ellos es diferente", se sumó Valeria.
Con las mamás y los papás nos llevamos muy bien, yo me siento muy feliz de ser parte de este proyecto. Una vez, una madre me dijo que su hija quería ser calesitera como yo, eso es un orgullo. Es un trabajo que me gusta, nunca quiero faltar porque amo a los nenes.
Oriana admitió que, en la Plaza San Martín, la calesita es inclusiva, pensada también para los chicos y las chicas con capacidades diferentes: "Queremos que ellos también tengan la experiencia de subirse y compartir una vuelta con nosotros, está adaptada incluso para que puedan acceder con silla de ruedas. La calesita es libre, para todas las infancias".
Para finalizar, Delia le dedicó unas palabras a las futuras calesiteras: "A las chicas que quieren llevar a cabo esta labor les digo que se animen, que trabajar con niños y niñas siempre es agradable".