TERRIBLE TESTIMONIO Un sobreviviente del centro clandestino lomense dio crudos detalles de los tormentos que vivió en este lugar junto a su padre. "Nos hicieron de todo", reveló.
Crédito: Captura de transmisión.
Luis Armesto brindó un fuerte testimonio en el juicio del Pozo de Banfield.Luis Armesto estuvo secuestrado en el Pozo de Banfield junto a su padre Julio, quien era diputado bonaerense. Ambos sufrieron torturas en este centro clandestino de detención durante la última dictadura militar. En una nueva audiencia del juicio que unifica los crímenes en este lugar, en el Pozo de Quilmes y en el Infierno de Lanús, Luis relató el calvario que pasó junto a su papá.
"Nos hicieron de todo. Submarino seco, picana No dejábamos de tener las manos atadas. Comida no había y por varios días no nos daban agua tampoco, porque si nos daban agua no nos podían picanear", relató Armesto ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata.
"Tampoco había hambre en una situación como esa, pero recuerdo que tenía mucha sed. Estaba atado con las manos atrás, no aguantaba más", añadió, y enseguida contó una situación terrible que presenció ante la sed extrema que tenían otras personas secuestradas en el Pozo de Banfield: "Había compañeros que no soportaban y tomaban el orín de los pantalones. Exprimían los pantalones y tomaban el orín. Y no hablábamos mucho para no gastar saliva".
En una oportunidad, Luis observó a su papá gravemente herido en un calabozo y le prometió que cuando salieran iban a contar todas estas atrocidades. "Hice una promesa hace mucho. Mi padre estaba muy golpeado y le dije que el primero que saliera vivo de ahí, iba a estar ante la Justicia para declarar esto. Por eso tengo esta fuerza de voluntad para venir. Esta es la gran oportunidad que tenemos los argentinos de poder tener justicia", dijo entre lágrimas.
Armesto hizo una estremecedora reflexión para cerrar su testimonio en el juicio: "Diré una frase que un militar que estuvo detenido escribió en su libro. Me refiero a Agustín Lanusse. Él dijo 'hay seres tan aberrantes y tan bajos que de no haberlos conocido no habría creído jamás en su existencia'. Digo esa frase de Lanusse y para terminar, la frase del fiscal Strassera: Nunca Más".