Ricardo "El Demente" Cejas volvió a ganar y se ilusiona con el título

En Castelar Por decisión unánime, el boxeador lomense se impuso a Cristian Villarreal y acumula tres triunfos consecutivos. Ahora le apunta a un cinturón Fedebol.

Ricardo Cejas se llevó el triunfo por decisión unánime.

Ricardo Cejas se volvió a subir a un cuadrilátero después de casi un año y demostró que está intacto y con más fuerza que nunca.

"El Demente" se presentó en el Club Argentino de Castelar frente a Cristian Villarreal y logró el triunfo de manera unánime en las tarjetas a la vista de los jueces. Esta pelea fue la primera en peso welter en casi 400 días desde que le ganó a Jonathan Leyes, en plena pandemia y por streaming.

En este regreso a todo ritmo, el boxeador lomense reinició un camino que había dejado con dos triunfos consecutivos y que ahora se perfila hacia un sueño más grande: el de pelear por un cinturón Fedebol. "Me vi ganador desde el primer momento que subí al ring. Antes de la pelea ya me sentía que le iba a ganar por que salí a laburar fuerte y eso fue lo que vieron los jueces que me dieron el triunfo en todas las tarjetas", señaló el boxeador de 34 años.

Su historia de vida y dentro del boxeo está 100% vinculada a Lomas. Fanático de Los Andes, Cejas entrena la parte más física en Base 54, club que funciona en Las Lomitas. Por Martín Velasco, reconocido vecino campeón mundial de muay thai, retomó la idea de seguir peleando profesionalmente. Además, trabaja la parte boxística con Rocky Villarreal, ex boxeador lomense que tiene su propio club en Banfield Este, y guantea con Marcos Madrid, otro pugilista local. Y a esto le suma la rutina propia en el Parque de Lomas, predio del cual vive a cinco cuadras y donde corre a diario.

Pero hay otro detalle significativo de su fuerte lazo con el distrito: es colectivero de la línea 552 que va de Banfield a La Noria. A diario recorre las calles de la ciudad durante ocho horas para luego pasar al gimnasio y continuar con su rutina. "Estoy súper agradecido a mis jefes y a los casi 40 choferes de la empresa Autobuses que terminaron su trabajo o dejaron su día de descanso en sus casas para venir a apoyarme. Muchos de ellos estuvieron en las tribunas alentándome y dándome fuerzas para que siguiera adelante y sentí su aliento toda la pelea", contó el Demente. 

Una verdadera historia de superación y amor por el deporte que hoy, y tras un año sin competencia, se sigue escribiendo a puño apretado.

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