PRIMERA DEL AÑO Pequeños Gigantes de Santa Catalina recibió a más de cien chicos: les dieron chocolatada, pan dulce y mercadería para sus familias.
El Merendero Pequeños Gigantes de Santa Catalina retornó a las meriendas luego de más de un mes de parate y el reencuentro con los chicos del barrio fue todo felicidad: cerca de 100 niños dijeron presente, tomaron leche chocolatada, comieron pan dulce y hasta se llevaron mercadería para sus familias. Cecilia Ayala, una de las referentes de la institución lomense, contó emocionada que la vuelta les permitió "estar en contacto otra vez con los niños y las niñas, quienes, además de las necesidades que pasan, requieren contención".
"La vuelta superó todas las expectativas. Desde el año pasado que habíamos dejado y pensé que no iba a haber tanta concurrencia, pero los chicos vinieron igual y tuvimos que preparar más leche chocolatada de la que pensábamos", empezó a contar Ayala sobre la jornada que se desarrolló ayer por la tarde y que se hará los martes y jueves de cada semana, desde las 17.
La vuelta superó todas las expectativas. Desde el año pasado que habíamos dejado y pensé que no iba a haber tanta concurrencia, pero los chicos vinieron igual y tuvimos que preparar más leche chocolatada de la que pensábamos.
Además de la entrega de la leche chocolatada, que vino acompañada de pan dulce y budín, cada niño se llevó para su familia una bolsa de mercadería con fideos, harina, arroz y yerba, con la intención de colaborar con las necesidades del día a día.
"Fue una tarde de muchas emociones porque tanto a mí como a mi hermana Gabriela nos encanta pasar tiempo con ellos, interactuar y saber de sus vidas. Se nota que a los chicos también les gusta estar acá, saben que cuentan con un lugar en el que están protegidos", sostuvo Cecilia.
Además de la entrega de la leche chocolatada, que vino acompañada de pan dulce y budín, cada niño se llevó para su familia una bolsa de mercadería con fideos, harina, arroz y yerba.
Ayala se lamentó de tener que entregar las meriendas en la vereda ya que no pueden recibir a los cientos chicos dentro de su sede (en Ramón Carrillo 3003) por no contar con sillas ni con bancos para dicha cantidad. Es por eso que hizo el pedido de ayuda "por si hay algún corazón solidario que quiera colaborar, todo es bienvenido".
Para finalizar, Cecilia contó que, para este 2022, ya trabajan para sumar almuerzos o cenas a la semana de trabajo y también poder ofrecer apoyo escolar para reforzar las enseñanzas de los colegios.