EL FIN DE SEMANA Hernán Morosuk es un apasionado de la fotografía y no desaprovechó los paisajes que regaló Lomas, con cielos llenos de nubes y atardeceres alucinantes.
Jornadas grises, con viento, con lluvia y atardeceres resplandecientes se pudieron observar en Lomas durante el pasado fin de semana y ese fue el escenario ideal para que Hernán Morosuk (44), un apasionado de la fotografía y de los cielos locales, se tomara el tiempo de captar el momento justo que regalaba la naturaleza. Durante viernes, sábado y domingo pudo sacar fotos a paisajes totalmente contrapuestos: algunos llenos de nubes que anticipaban una tormenta y otros con una paleta de colores que maravillaron a los vecinos.
Hernán es contador, pero tiene como hobbie la fotografía y es por eso que hace 12 años que se dedica a mirar y observar los cielos lomenses para luego inmortalizarlos en imágenes que colecciona y que comparte con los vecinos a través de su Instagram.
Vi cómo se oscureció de golpe e inmediatamente agarré la cámara, subí a una terraza y me encontré con un paisaje abrumador al que era imposible que no le saque una foto. Fue minutos antes de que se largue a llover.
Específicamente el sábado, Lomas vivió una tormenta que sorprendió por su intensidad. Al que no agarró desprevenido fue a Hernán: "Vi cómo se oscureció de golpe e inmediatamente agarré la cámara, subí a una terraza y me encontré con un paisaje abrumador al que era imposible que no le saque una foto. Fue minutos antes de que se largue a llover".
Pero el lomense no solamente pudo captar el cielo repleto de nubes, sino que ayer también pudo captar un atardecer con otra gama de colores, pero igualmente bello. "Los especialistas en fotografía dicen que los amaneceres y atardeceres, antes o después de una tormenta, tienen colores especiales", contó. Al acordarse de ese dato, se apresuró, tomó su cámara y también atesoró en imágenes un paisaje que el cielo les estaba regalando a todos los vecinos. "Es increíble el contraste de los cielos en apenas un día de diferencia", se asombró.
A diario, los cielos regalan escenas maravillosas, pero nosotros no prestamos atención por nuestra rutina y la vorágine de la vida. Lo que más me gusta es poder compartir estas cosas que son sencillas, que están a nuestro alcance pero que, a veces, nos olvidamos de verlas.
"Muchas de las fotos que tomé son en San Martín y Castelli, a unas cuadras de la Municipalidad, ya que no hay muchos edificios en la zona y se puede apreciar mejor el horizonte", explicó Morosuk.
"A diario, los cielos regalan escenas maravillosas, pero nosotros no prestamos atención por nuestra rutina y la vorágine de la vida. Lo que más me gusta es poder compartir estas cosas que son sencillas, que están a nuestro alcance pero que, a veces, nos olvidamos de verlas", concluyó.