OBJETIVO CUMPLIDO El vecino Germán Palavecino recorrió 436 kilómetros para lograr un desafío personal. Ya piensa en viajar a otro punto del país con un objetivo solidario.
Germán Palavecino es un lomense de 41 años que lleva al ciclismo en las venas y es por eso que decidió, junto a otros cuatro amigos, realizar una aventura: en dos tramos unió los 436 kilómetros que separan a Lomas de Mar del Plata con la bicicleta, es decir, pedaleó casi 24 horas por pasión. "Cuando vi el monumento de los lobos marinos no lo podía creer", dijo, muy feliz y emocionado por lo logrado, y adelantó que ya busca un nuevo destino, pero esta vez para una cruzada solidaria.
"Salí de mi casa el sábado a las 5 de la mañana y llegué a la ciudad de Dolores a las 18. Con mis amigos Leonardo, Carlos, Esteban y Jose nos hospedamos en un hotel para descansar y seguir viaje al otro día", empezó a contar cronológicamente Germán, y rápidamente admitió que las condiciones climáticas de esa jornada no ayudaron mucho en el primer tramo ya que "había mucho viento en contra, lo que hizo que debamos pedalear con más fuerza".
A las 17.30 del domingo llegamos a Mar del Plata, vimos la rambla y tuve un sentimiento parecido a cuando vi a Maradona levantar la copa del mundo.
Mientras pedaleaba sin parar durante el primer día, Palavecino contó que se quedó maravillado por la calidez de la gente que conoció en el viaje, quienes lo ayudaron, lo animaron y hasta le pidieron fotos.
Cerca de las 7 de la mañana del domingo, el grupo de cinco amigos continuó en la búsqueda de completar el recorrido de aproximadamente 200 kilómetros y llegar a la meta. "A las 17.30 llegamos a Mar del Plata, vimos la rambla y tuve un sentimiento parecido a cuando vi a Maradona levantar la copa del mundo", rememoró el lomense.
"En promedio, estuve más de 23 horas arriba de la bicicleta. Fue un gran sacrificio, no solo en este viaje, sino también para entrenar dos o tres veces por semana, pero es algo que me apasiona desde chico y no lo cambio por nada", sostuvo, emocionado, y dijo que "la bicicleta es como la vida, hay que mantener el equilibrio para no caerse y siempre mirar para adelante para avanzar al objetivo".
La bicicleta es como la vida, hay que mantener el equilibrio para no caerse y siempre mirar para adelante para avanzar al objetivo.
"Me preparé físicamente y mentalmente para disfrutar del viaje. La pandemia me prohibió de muchas cosas y por eso esta aventura fue particular, por suerte pude lograr lo que me propuse", acotó.
Para finalizar, Germán ya piensa en unir a Lomas con otro destino, pero esta vez tendrá un condimento especial: llevar a cabo una cruzada solidaria. "Ya lo venía planeando con mis amigos antes de este viaje y durante el camino hablamos mucho de esta idea. Falta definir a qué punto vamos a ir, pero el objetivo es ayudar a los que lo necesitan", concluyó.