ONG Okakuaa colabora con hospitales de Lomas, después de capacitarse sobre cómo elaborar estas manualidades: "La solidaridad es llegar al otro sin pedir nada a cambio".
"De un argentino a otro argentino", destaca Juana Espinosa, quien encabeza la ONG Okakuaa, una agrupación que realiza tejidos para la estimulación de bebés prematuros que luchan por su vida.
Todo comenzó hace poco más de dos años por pedido de la médica María Eugenia Soler, encargada del área de Neonatología del Hospital Gandulfo. ¿El objetivo? Buscar un estimulante para los recién nacidos antes de las 37 semanas.
El elemento tejido es una suerte de pulpito, donde los rulos tienen colores definidos -por pedido de las oftalmólogas- para lograr esa estimulación. Luego tiene un cuerpo con una parte pequeña y finalmente unas especies de alitas.
Lo que buscan los especialistas es ofrecerles a estos bebés condiciones parecidas a las que tenían dentro del útero, en el que estaban en contacto con el cordón umbilical. Esto les genera un impacto directo en sus signos vitales como son la frecuencia cardíaca y respiratoria, la temperatura corporal y la saturación del oxígeno, todos indispensables para su desarrollo neurológico".
"Queríamos ver la forma y la función que tenía que tener. Pidieron algo tejido, pequeño, con cierto formato, y pudimos lograrlo. Y así estuvimos un año y medio: tejiendo, armando y mandando", contó, en diálogo con La Unión.
La ayuda comenzó como una pequeña colaboración de un grupo de mujeres, pero fue creciendo. Con el correr de los años, se consolidó como ONG y fue considerada, en julio de 2019, de Interés Municipal por el Concejo Deliberante de Lomas.
"Nosotras lo hacemos y lo llevamos hasta los hospitales. Los especialistas son los que toman contacto con los chicos y las familias. El objetivo está en lograr un elemento tejido de estimulación temprana para los bebés prematuros", agregó.
Una vez en el centro de salud, los productos son esterilizados y entregados al personal sanitario para su correcta ejecución. "Tuvimos charlas con la parte de psicología infantil y después con oftalmología pediátrica para poder hacerlo y que cumpla con la función que corresponde", precisó.
"Son raíces para crecer y alitas para volar. Todos los formatos son diferentes para que participen más mujeres. Somos cerca de 18, cada una con un tejido distinto, para que nadie se quede afuera", relató.
Finalmente, Espinosa precisó, en cuanto a las cantidades que entregan tanto al Gandulfo como al hospital Oscar Allende, que "varían semana a semana". "En la medida que vamos teniendo, vamos sacando", agregó.
"Las doctoras tienen mi teléfono. Ellas me llaman y me piden tal o cuál cosa, y vamos haciendo. En la medida que uno pueda colaborar, está bueno. La solidaridad es llegar al otro sin pedir nada a cambio", concluyó, en charla con este medio.