Lograron tener su local para solventar un centro de rehabilitación

Pasco al 2300 Panificados El Hogar ya vende a la calle con el apoyo de la Nación y el Municipio. El kilo de pan cuesta $80 y quieren hacer crecer su clientela. 

Atienden a los vecinos en un local de Pasco al 2300.

Panificados El Hogar es un emprendimiento que surge con el objetivo de solventar los gastos de un centro de rehabilitación para jóvenes que funciona en Temperley. Poco a poco, este sueño crece y ya tiene su local para atender a los vecinos que buscan comprar buenos productos a un precio accesible. 

Sergio Policastro es el director del Hogar de Rehabilitación "Adictos a Jesús" que funciona hace más de 20 años en Temperley, el cual se dedica "a asistir a los jóvenes con problemas de adicciones y en rehabilitación". 

"El objetivo de todo este movimiento fue lograr tener una entrada para solventar los gastos del hogar. Teníamos un salón en la parte delantera del edificio, en el que ya habíamos querido hacer una rotisería, pero esta vez si pudimos lograr desarrollar nuestro emprendimiento", contó, en diálogo con La Unión

Con productos de gran calidad a precios accesibles -el kilo de pan cuesta $80-, el emprendimiento se fortaleció en el marco del Programa de Maquinarias, Herramientas y Materiales, que trabaja de forma conjunta el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación con el Municipio de Lomas.

"El trabajo nos unió con los funcionarios y ahora estamos en el proceso de instalación eléctrica para poder tener todo de la mejor manera. Nos ayudaron con todas las maquinarias para crecer y así poder seguir trabajando en nuestro objetivo, que es la rehabilitación de jóvenes con problemas de hogar y dependencia", sostuvo.

En este sentido, Policastro mencionó que, "a diferencia de otros hogares, que usan el sistema de venta a la calle", trabajan "para que quienes están" en la institución "se queden trabajando" allí. Está ubicado en la avenida Eva Perón al 2300.

"Tratamos de lograr que todos tengan la voluntad de cambiar, pero para eso necesitamos las condiciones. Darles una canasta y que vayan a vender a la calle, sin control, no sirve porque van a seguir con el consumo. Por eso queríamos poder desarrollar nuestro propio lugar", subrayó. 

Ya con el apoyo de Nación y el Municipio, avanzan en la puesta en valor de su espacio para "seguir trabajando entre todos". "Es un salón chico, pero sirve. Pusimos una ventana con un techo para atender a la gente", agregó. 

"Nos enviaron un horno eléctrico, un freezer, una balanza, una batidora, una amasadora, una notebook y demás. Ahora también hacemos reparto de pan para los comercios que colaboran con nosotros, además de los clientes particulares", apuntó. 

Policastro, a su vez, destacó que este programa les permitió "hacer toda clase de cosas para crecer y para que los pibes se queden adentro del hogar". "Ahora también preparamos facturas y todo tipo de pastelería, desde torta de ricota hasta pastaflora", detalló. 

"Con la ayuda del Estado pudimos encarar un proyecto bueno y hacer un pan más barato para tener una clientela. Hicieron una inversión importante que nos puso a trabajar. Esto nos va a llevar un tiempo, pero nos vamos a instalar en el mercado", concluyó, en charla con este medio

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