Emocionante Los adultos mayores se inmunizan contra el Coronavirus en las distintas postas de Lomas. Entusiasmados, se retiran con su certificado de vacunación entre aplausos.
María del Carmen Sigliano, de 80 años, no pudo contener las lágrimas luego de aplicarse la primera dosis de la vacuna contra el Coronavirus en el Hospital Interzonal Doctor José Esteves de Lomas.
"¡Gracias, gracias! Ser parte de esto es una alegría inmensa", sostuvo, en la salida de la posta de vacunación con los ojos vidriosos. Es que, tras meses de encierro, recibió la dosis de la Sputnik V y el personal sanitario presente la despidió, junto a sus compañeros de grupo, con un cálido aplauso.
"Es algo que te emociona. Pasé la cuarentena encerrada al lado de mi hija, pero estoy bien y feliz de poder haber recibido la vacuna. Es el primer paso para terminar con esto. Ahora espero la segunda", completó y se retiró rápidamente, momentos antes de quebrarse por la emoción.
El hospital es uno de los diez puntos de vacunación que tiene Lomas. Con 200 dosis por día, solo en el Esteves, la inmunización en el distrito avanza a paso firme y espera llegar de la mejor manera para cuando comiencen las bajas temperaturas.
Y si bien la gran mayoría de los vacunados se toma la jornada con emoción, otros lo hacen con humor, como es el caso de Enrique, de 88 años. Más tranquilo y entre risas, se mostró "muy agradecido y contento" con la atención del personal sanitario, al tiempo que destacó el operativo.
"No me lo esperaba tan organizado. La fama que tenemos los argentinos de desprolijos, acá no se ve. Estoy realmente feliz después de pasar tanto tiempo solo en estos meses. Y ahora a esperar el siguiente paso, que si no nos vacunaban iba a ser el cementerio de Lomas, ja", bromeó Enrique, con una evidente sonrisa que no podía esconder el barbijo.
En grupos de 15, los ancianos aguardan bajo un techo para ingresar al vacunatorio. Una vez dentro, les toman la temperatura y los datos. Tras unos pocos minutos, reciben la dosis, pasan unos 20 minutos y ya se pueden retirar, acompañados de un aplauso brindado por las enfermeras y el personal de organización.
Mientras otras filas avanzaban, allí estaba Elsa Suárez, de 92 años, esperando en su silla de ruedas junto a su hija. "Estoy muy contenta", comentó, algo avergonzada, y con un tapado que la envolvía completamente para que no entre el frío.
"La verdad que está todo bien, muy organizado. Los chicos que atienden también, todo perfecto", añadió, mientras se enteraba de que había una segunda dosis. "Ah, ¿tengo que volver? Bueno, nos vemos la próxima", se despidió.
LA PRIMERA LÍNEA
Detrás de toda esta emoción y felicidad, un cuerpo de al menos 20 profesionales de todas las áreas trabaja incansablemente, con cariño y con afecto, para que los mayores puedan dar este primer paso en la inmunización.
María Rosa Riva, directora del Esteves, precisó que el equipo de trabajo está compuesto por "personas que trabajaban en hospitales públicos en 'becas Covid' y que se transformaron en 'becas de vacunación'".
"Hay un trabajo de equipo muy lindo. Está el Ministerio de Salud mandando las vacunas, la Provincia enviando el personal, y el Municipio de Lomas presente permanentemente con toda la organización, el 107 y hasta un freezer que nos brindaron", detalló.
En este sentido, Riva valoró la labor del personal, "que le pone calidez y amor a la aplicación de la vacuna". "No es solo dar las dosis, es algo más. Cada uno de los adultos mayores se va agradecido y contento, y después vuelven con regalos. Estar acá es realmente emocionante", concluyó.