Entrevista Alessandro Finocchi, jugador de Temperley, habló sobre el deporte y la experiencia que viven en los encuentros gratuitos con vecinos en Finky.
A la hora de practicar deportes, están los que requieren en mayor proporción de una destreza física y los que dependen más de la capacidad mental. El ajedrez encaja a la perfección en esto último y nunca pasa de moda.
Por estos días, en medio de novelas que lo referencian y a la salida de una cuarentena que exponenció su práctica, en Temperley decidieron aprovechar el momento para darle impulso a la actividad. A través de integrantes de la disciplina, salieron con sus tableros a los parques y en Finky produjeron un interés marcado por aprender y practicar el ajedrez.
Alessandro Finocchi, representante del equipo Gasolero en distintos torneos, es uno de los que encabeza la iniciativa y contó algunos detalles sobre lo que pasa cada domingo en el Parque. "Habíamos hecho esta experiencia de manera aislada en 2018 y 2019 pero quedó ahí. Después de que empezaron a bajar los casos de Covid, decidimos volver a salir al aire libre y con todos los protocolos y la respuesta fue muy buena", contó. "Primero arrancamos jugando nosotros y la gente se acercaba, preguntaba y ahí les contábamos que representábamos al club y les ofrecíamos jugar o aprender de manera gratuita. A partir de eso mucha gente se fue acercando, animándose, empezó a convertirse en regulares del parque cada domingo", agregó el jugador de 28 años.
La idea de que el ajedrez solo es para intelectuales empezó a ser derribada y el léxico del deporte ganó lugar. Reyes, reinas, torres, alfiles, peones y caballos, se hacen su espacio en las tardes del Finky desde entonces. "Se acercan jugadores de todo tipo. A los chicos quizás el juego les llama la atención por las piezas y en los más grandes capaz es porque alguna vez lo vieron, pero no conocen las reglas. En una clase intensiva, ya aprenden reglas, objetivos y empiezan a jugar. La dinámica es sencilla, el tablero es económico y la única barrera es el entendimiento, pero con un poco de atención se capta lo básico para arrancar", explicó Alessandro.
Sus inicios en el ajedrez siguen la línea de estas clases en el Finky. "Vi unos videos, me llamaron la atención, averigüé donde aprender y llegué a Temperley. Tenía 23, 24 años y empecé a ver diferentes cuestiones, a profundizar el estudio del juego de la mano de Fabián (coordinador de la actividad) hasta el día de hoy donde represento al club en los torneos y estoy como ayudante en diversos talleres", expresó.
Tal como ocurre con otros deportes, el ajedrez también evoluciona en sus formas y en los estilos de juego. "En el básquet, por ejemplo, hoy por hoy se busca el tiro de tres puntos porque es el que más vale o la penetración bajo el aro porque es la forma más eficaz de convertir. Antes era diferente. En el ajedrez pasa parecido: con el correr del tiempo, se entrena para optimizar las jugadas, su orden, las aperturas, los finales. Se trabaja en instancias, en movimientos porque en las mismas posiciones hay jugadores más agresivos y otros más equilibrados. Es un deporte de mucha estrategia y en constante evolución", concluyó.