UNA HISTORIA CON FINAL FELIZ El Municipio escuchó el pedido de los vecinos y pintó la cancha de fútbol, arregló el sector de juegos y colocó nuevos árboles y plantas. "Estamos muy agradecidos", dijo Marcos Mamani.
Después de los destrozos, la Plaza La Algodonera de Temperley volvió a llenarse de vida y de color. El Municipio escuchó el pedido de los vecinos y renovó por completo el espacio ubicado en el cruce de Fernández y Soler. En apenas una tarde, una gran cantidad de trabajadores pintó la cancha de fútbol, los bancos, las mesas y los canteros. Colocó nuevas plantas y árboles y arregló el sector de juegos. "Es impresionante como quedó todo. Estamos muy agradecidos", señaló Marcos Mamani, uno de los vecinos del barrio.
Su alegría es la de todo el grupo de personas que desde noviembre espontáneamente se organizó para embellecer el único pulmón verde que existe en la zona. No es para menos. El primer domingo del año, el 3 de enero, sorpresivamente se encontraron con una postal desoladora: las maderas de colores de los canteros que cuidadosamente habían puesto estaban fuera de su lugar, las flores y las plantas todas pisoteadas, los adornos navideños tirados. Fue un golpe anímico muy grande.
Ahora todo cambió. "Lo que parecía no tener color, va teniendo brillo propio", relató Marcos. "Está todo casi terminado. Se llevaron algunos juegos que estaban rotos para reparar. Nosotros pedimos una hamaca para bebés. Mejoraron el mástil y pusieron una bandera argentina. Pintaron rayuelas de colores en el piso. La cancha de fútbol quedó como nueva, creo que está todo casi terminado, si falta algo son detalles", precisó.
Marcos habla de la plaza como si fuese su segunda casa porque así lo es. Casi toda la vida vivió en el barrio, salvo cuando se mudó y volvió en 2012.
Cada vez que puede, va a pasar ahí un rato al aire libre. Así fue como conoció a Raúl y a Cacho, y coincidieron que algo tenían que hacer para mejorar el espacio. De ese cruce de palabras nació un proyecto que tomó forma y que hoy buscan que extienda no solo en el barrio sino en todo Lomas.
"Acá no tenemos más plaza que ésta. (El Parque) Finky está relativamente cerca pero hay que caminar unas 20 cuadras y cruzar varias avenidas. A partir de eso creo que todos los vecinos tienen que tomar conciencia: la plaza hay que cuidarla, hay lograr que quede 10 puntos siempre, para que no haya un papel tirado, para que nadie arroje basura y sea un lugar de unión y encuentro para grandes y chicos", apuntó.
Las mejoras que hizo el Municipio se notan y le dan otra cara al lugar. Tal es así que hasta los más pequeños se sorprendieron de cómo quedó todo. Mirian Aucelli contó que su hijo va siempre a la plaza y ayer la dejó boquiabierta con un comentario que le hizo. "Vino contento porque la plaza estaba toda pintada y con más cosas. 'Hay que mantenerla, mamá', me dijo. Eso vale oro. Ellos reconocen el esfuerzo que hacen todos para todos", señaló.
La noticia pasó de boca en boca y no tardó en llegar a la gente del barrio. "Está quedando preciosa", comentó Graciela Blasco. "Es increíble como quedó", aseguró Matilde Rodríguez.
De esta semilla que plantaron Marcos, Raúl y Cacho la cosecha empieza a verse. "Con ayuda del Municipio, dimos un gran paso, y eso hay que reconocerlo. No tenemos palabras para todas las personas que estuvieron trabajando durante horas para dejar este lugar mucho más lindo. Pero nuestra idea es continuar. Vamos a seguir unidos trabajando por el barrio y esperemos que esta experiencia sirva para que otros se contagien y tomen la posta", cerró Marcos.