LOMAS Y ESCALADA El historiador Norberto Candaosa contó detalles de este cauce y su recorrido. Un vecino recordó cuando se cayó al agua y puso en peligro su vida.
El arroyo Ginocchio o el arroyo Galíndez. Se habla de lo mismo, pero se lo nombra de manera diferente según las localidades por las que supo pasar, pero identificados de esa forma gracias a quintas tradicionales que se ubicaban en Lomas y Remedios de Escalada. La interesante historia fue contada por Norberto Candaosa, integrante del Instituto Histórico Municipal, quien detalló el recorrido que hizo este cauce antes de desembocar en el Río de La Plata. Además, el vecino Mario Piergiovani rememoró algunas anécdotas de su infancia junto a este cauce, incluso cuando puso en peligro su vida al caerse al agua.
GINOCCHIO PARA LOMAS
El arroyo Ginocchio nació en las cercanías de la calle 30 de septiembre, divisoria con Almirante Brown, y su cauce fluyó de manera paralela al este de las vías del tren Roca. El lecho atravesaba distintas quintas, como la de la familia Rivadavia y las dos manzanas de Obligado, hijo de Pastor, quien fue Gobernador de Buenos Aires entre 1853 y 1858.
El arroyo cruzaba por distintas quintas de británicos e italianos de la época, como la de Ginocchio: un gran espacio ocupado actualmente por seis manzanas entre las calles Esmeralda, Colón, Juncal y Lucio Vicente López.
Tras desviarse hacia la derecha, su recorrido cruzaba cerca de Pasco y Condarco. "Ahí existía un puente, ya que la cantidad de agua era importante", dijo Norberto Candaosa, miembro de número del Instituto Histórico Municipal de Lomas, quien se encargó de detallar de manera minuciosa todo el trayecto. El arroyo también cruzaba por distintas quintas de británicos e italianos de la época, como la de Ginocchio: un gran espacio ocupado actualmente por seis manzanas entre las calles Esmeralda, Colón, Juncal y Lucio Vicente López. Candaosa contó que, a partir del paso del arroyo por la quinta de Ginocchio, comenzó a llamarse de esa manera al cauce de agua tan característico en la zona.
Había un sauce grande que estaba inclinado hacia adentro del arroyo. No se por qué me subí y me caí al agua, la corriente me arrastraba rápido. Mi papá me salvó la vida.
Luego de su paso por Ginocchio, costeaba la calle Cerrito hasta llegar a Vélez Sársfield. Norberto explicó que allí trazaba como una especie de línea en diagonal hasta la intersección de Lugano y Pedernera y, desde ahí, hasta Chacabuco, General Levalle y Arenales. "El arroyo pasaba muy cerca de la cancha de Banfield", orientó el historiador de 79 años.
VIVENCIAS
"En Cerrito y González estaba un puente de material y era el punto de reunión de todos mis amigos. Lo construyeron en la década del '20 y lo destruyeron cuando pavimentaron Cerrito, por la década del '80", contó emocionado Mario Piergiovani, un vecino de 88 años que vive en Villa Galicia y que aún mantiene vivos los recuerdos de su infancia junto al arroyo. Pero su vivencia más importante fue una travesía, cuando tenía ocho años, que le podía haber costado la vida: "Había un sauce grande que estaba inclinado hacia adentro del arroyo. No se por qué me subí y me caí al agua, la corriente me arrastraba rápido. Mi papá me salvó la vida".
GALÍNDEZ PARA ESCALADA
"El arroyo llegaba a Remedios de Escalada y pasaba por la quinta de Galíndez, un propietario famoso de la zona y el comerciante más antiguo de zona Sur, entonces en esta localidad se lo conoce con ese nombre", dijo Candaosa, que explicó que el cauce de agua pasaba por lo que hoy es el Cementerio de Lanús, se unificaba con el arroyo Sarandí y luego desembocaba en el Río de La Plata.
El arroyo llegaba a Remedios de Escalada y pasaba por la quinta de Galíndez, un propietario famoso de la zona y el comerciante más antiguo de zona Sur, entonces en esta localidad se lo conoce con ese nombre.
Piergiovani recuerda perfectamente otro suceso que lo marcó en su infancia: "Se acercaron dos hombres del Municipio a preguntar por donde pasaba el arroyo y si estaba entubado. Me llamó mucho la atención, vinieron camiones, sacaron el barro y tiraron tosca y bolsas de cemento para que quede algo más firme".
Para finalizar, Mario admitió que tuvo que aguantar muchísimas inundaciones a causa del arroyo y que incluso tuvo que levantar los pisos de su casa alrededor de 60 centímetros. A causa de esta problemática, que se solucionó en las últimas dos décadas, todavía se pueden observar algunas calles con escalinatas en las veredas. Lo cierto es que gran parte de su recorrido quedó oculto gracias a los trabajos de entubamiento en la zona, aproximadamente en 1935.