PROFESIÓN INUSUAL El lomense Gabriel Quiña es uno de los pocos del país. "Mucha gente se vio estimulada a poner este instrumento en condiciones y lo usan el doble", dijo.
Gabriel Quiña cuenta con una pasión poco común, pero su dedicación profesional hace que sea reconocido en su oficio. El lomense afina y repara pianos, siendo uno de los pocos que lleva a cabo la labor en el país. Trabaja para la marca Yamaha en Argentina, tiene su propio taller en Banfield y, en medio de la pandemia, hace trabajos a domicilio. "Mucha gente que tenía el piano olvidado se vio estimulado a ponerlo en condiciones y el cliente promedio lo utiliza el doble en plena pandemia", admitió.
Licenciado en Artes Musicales con Orientación en Pianos, egresado de la Universidad Nacional de las Artes, Gabriel Quiña también es Técnico Afinador de Pianos. Comenzó a estudiar en el Conservatorio Julián Aguirre cuando tenía 14 años y se acercó a la institución para aprender sobre la guitarra, pero quedó fascinado con los pianos y esa pasión aún continúa.
Los primeros pasos los dio como aprendiz en un taller, donde le enseñaron las cuestiones técnicas y mecánicas del piano, como su funcionamiento, pero la afinación fue una rama que debió aprenderla por sus propios medios. Gracias a las herramientas del lugar y algunos apuntes que tuvo que traducir al español, practicó a prueba y error para perfeccionar su técnica de afinación. Su amor y dedicación por los pianos lo recompensó: trabaja para la reconocida marca Yamaha en Argentina.
Muchos me comentan que el piano ha sido su cable a tierra y que lo utilizaron más de lo normal. Varios canalizaron la angustia y el encierro en tocar y a aprender con clases.
Al comienzo de la cuarentena, el trabajo de Gabriel se vio fuertemente afectado por las restricciones de las actividades que no eran esenciales: "Los primeros dos meses fueron duros", reconoció el lomense de 34 años. Pero de a poco retomó un ritmo habitual gracias a los mantenimientos a domicilio. "La gente empezó a animarse y a llamarme para hacer algunos arreglos y con eso repuntó el trabajo, todo con protocolos de higiene y distanciamiento", acotó, y se lamentó de no poder afinar o reparar pianos de clientes que tiene en el interior del país. Quiña cuenta con su propio taller en Banfield, ubicado en Pedernera y Lugano, donde también realiza su labor con pianos que le llegan de distintas partes.
"La gente que tenía el piano olvidado se vio estimulado a ponerlo en condiciones y el cliente promedio lo utiliza el doble en plena pandemia", contó el Técnico Afinador, sorprendido por la estabilidad de su trabajo en medio de la pandemia. Para Gabriel, esto se debe a reinventarse para no deprimirse y las emociones que trasmite la música: "Muchos me comentan que el piano ha sido su cable a tierra y que lo utilizaron más de lo normal. Varios canalizaron la angustia y el encierro en tocar y a aprender con clases".
Gabriel contó una anécdota que vivió en pandemia, en uno de sus trabajos a domicilio, y que lo marcaron definitivamente: "Una señora viuda me pidió que vaya a afinar el piano, que era de su marido, y también me contrató para tocarle algunas canciones. Mientras sonaba el piano, me contaba los recuerdos que se le venían a la mente, fue una experiencia increíble".
Hace ocho años que se dedica exclusivamente al oficio de afinar y reparar pianos, un talento que no muchos poseen ya que el rubro cuenta con no más de 20 profesionales en todo el país.
Hace ocho años que se dedica exclusivamente al oficio de afinar y reparar pianos, un talento que no muchos poseen ya que el rubro cuenta con no más de 20 profesionales en todo el país. "El objetivo es que el piano funcione adecuadamente, tanto en el sonido, a través de la afinación, como en lo mecánico, con la regulación y la reparación", indicó Gabriel. El recambio de piezas de cuero, paño y arandelas de papel están dentro de los arreglos más comunes, debido a su desgaste en el uso.
No es lo mismo ir a afinar o reparar cotidianamente que hacer un arreglo en estos tiempos de pandemia, en donde sé que indirectamente colaboro con un redescubrimiento de cada cliente.
"Salir a trabajar es una satisfacción porque es hacer lo que a uno ama. Pero no es lo mismo ir a afinar o reparar cotidianamente que hacer un arreglo en estos tiempos de pandemia, en donde sé que indirectamente colaboro con un redescubrimiento de cada cliente", concluyó Quiña.
Aquellos que quieran afinar o reparar un piano, pueden contactarse con Gabriel al 1166552021 o por Instagram.