CORONAVIRUS Confió que los controles periódicos no se detuvieron y que si no surge ninguna complicación, la vacuna podría aprobarse incluso este año.
El ensayo global de la vacuna contra el Coronavirus de la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca, considerado uno de los más prometedores del mundo, se enfrenta un nuevo revés después de que en las últimas horas se conociera que un segundo voluntario habría sufrido efectos secundarios del fármaco experimental.
La tercera etapa de la investigación se suspendió a principios de septiembre una vez que se conociera que un participante de las pruebas en el Reino Unido sufriera un caso de mielitis transversa, un síndrome inflamatorio que afecta la médula espinal y que a menudo se desencadena por infecciones virales.
Ahora, según publicó el diario New York Times, otro paciente registró trastornos psicológicos sin aparente explicación. En plena carrera mundial por obtener una vacuna para frenar la pandemia, la noticia generó preocupación en la comunidad científica que espera con ansias una droga que permita inmunizar a la población.
Pero no para el director ejecutivo de AstraZeneca: Pascal Soriot aseguró que la vacuna podría estar de todas formas para fin de este año o a principios del próximo, a pesar del "on hold" (pausa) en el ensayo. Todo depende de lo rápido que se mueva el organismo regulador, confió el representante de la farmacéutica.
Pablo Berra, el lomense que se transformó en el primer argentino en participar de las pruebas, contó que en el laboratorio al que asiste todas las semanas a hacerse los controles después de aplicarse dos dosis sobrevuela la misma versión: "Durante los primeros días de noviembre, una vez aprobada en Inglaterra se podría implementar".
"Para el principio del mes que viene, si nada cambia, Oxford debe entregar las conclusiones para que el gobierno determine si se aprueba la vacuna", explicó.
Ante la aparición de algunos voluntarios que tuvieron reacciones adversas, Berra no se mostró preocupado y recordó que esto ya sucedió meses atrás. "Nos dijeron que sigamos yendo a los controles rutinarios, que eso no se detenía, solo se pausaba la vacunación hasta determinar que sucedió", precisó del otro lado del teléfono a 8100 kilómetros de distancia.
El argentino no descartó que este tipo de escenas se vuelva a repetir, dado que en el mundo hay un total de 30 mil voluntarios que se aplicaron la droga experimental. "Cuando uno requiere ir a un hospital paran el proceso de vacunación, pero continúa el proceso de controles", insistió.
EXPECTATIVAS
Berra aseguró que tras aplicarse la primera inyección hace dos meses y la segunda hace más de uno, hoy se siente "más protegido". Recordó que durante las 24 horas está en permanente contacto a través de su celular con un equipo de científicos y que si la vacuna de Oxford funciona tendrá anticuerpos a largo plazo.
"La diferencia de ser vacunado es que a los 15 días de la primera dosis generás células de memoria que duran mucho tiempo en el cuerpo y en caso de contraer el Covid-19, estas células matarían al virus digamos", apuntó.
En medio de la carrera mundial que muchos países protagonizan por lograr que sus ciudadanos reciban la vacuna antes que el resto, Berra intentó llevar prudencia. "La gente no debería esperar a ser vacunada, se priorizará a los trabajadores de la salud, personas con riesgos y mayores", afirmó.
Los científicos estiman que la gran mayoría de la población podrá acceder a la vacuna recién a partir del primer trimestre del 2021. Pero todo depende de qué es lo que suceda tras el anuncio en la pausa de los ensayos