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Unos 800 chicos pasan las fiestas con familias transitorias

niños y jóvenes que viven en hogares. Se trata de un programa especial para que puedan disfrutar de una cena acompañados, pero aseguran que aún faltan referentes afectivos.

Cuesta encontrar un hogar para adolescentes o nintildeos con discapacidad

Cuesta encontrar un hogar para adolescentes o niños con discapacidad.

Para que los chicos que viven en hogares transitorios puedan festejar el Año Nuevo acompañados se creó un programa especial y unos 800 niños y adolescentes podrán disfrutar hoy de una mesa festiva para recibir 2019.

“La mayoría de estos 800 chicos tienen más de cinco años o son grupos de hermanos”, contó Karina Leguizamón, presidenta del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del gobierno de Buenos Aires.

De este organismo depende el programa Abrazar que “selecciona un referente afectivo con el objetivo de sumar vínculos significativos en la vida de cada chico”, dijo.

La iniciativa apunta a que se trascienda la transitoriedad del alojamiento institucional, sea porque el niño regrese con su familia de origen, egrese con una familia adoptiva o lo haga a través de un proyecto de egreso autónomo al cumplir su mayoría de edad.

Las personas que se inscriben en el programa no pueden adoptar a los niños que acompañan durante su estadía en hogares.

El rol de estas personas “es posibilitar que los niños, niñas y adolescentes posean un apoyo referencial significativo, de acompañamiento”. Lucas, de ocho años, vive en un hogar con sus cuatro hermanos. Este 24 de diciembre pasó su segunda Navidad con Victoria, una mujer de 53 años con tres hijos adultos, que ya fue referente de otros dos niños.

“Hay muchos chicos viviendo en hogares para los que no encontramos aún referentes afectivos, sobre todo para adolescentes o niños con algún tipo de discapacidad. Para estos chicos, contar con adultos que los acompañen genera una diferencia”, concluyó Leguizam

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