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Una ONG trabaja para desinfectar más 70 líneas de colectivos para prevenir el coronavirus

EN LA ZONA SUR Y TODO EL ÁREA METROPOLITANA. Se trata de la Fundación CAER que desde hace más de 50 años se dedica a esta tarea. Ya lo hicieron en cientos de unidades de empresas que circulan por Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, Almirante Brown y Quilmes.

Cubierto con un traje de protección biológica, con una esparsor entre sus manos, Marcelo rocía de vapor cada rincón del interior de un colectivo de la línea 45. El procedimiento ya lo repitió en varias de las unidades que están estacionadas en la terminal que la empresa tiene en la localidad de Lanús. El trabajo de desinfección es delicado, puntillozo y exhaustivo. Más en tiempos de coronavirus.

La Fundación CAER (Centro ayuda de enfermos del riñón) por estos días se encuentra desinfectando más de 70 líneas de colectivo y 7000 unidades que circulan por el área metropolitana del Gran Buenos Aires. Se dedica a esto desde hace más de 50 años, entre otras actividades que realiza para proteger a los pacientes renales, su verdadero leitmotiv.

En la zona Sur, ya desinfectaron colectivos de las líneas de El Urbano, como la 37, la 45 y la 33, algunas que circulan por entre Avellaneda y Lanús, como la 129, 178, 247 y 295; y la 160, que es una de las que más pasajeros transporta en la región, además de la 266 y la 278 que recorren distintos puntos de Lomas de Zamora y Almirante Brown.

Es un servicio que brindan durante todo el año, pero que ahora tiene una gran demanda. Ana María Spoltore, apoderada de la Fundación CAER, cuenta que muchas empresas de transporte público decidieron "extremar las medidas" para proteger a los usuarios.

"Esto lo que muestra es que las empresas han tomado conciencia de que la situación es grave. Nos han convocado para hacer este servicio que regularmente no se hace, porque en general se hace cuando hay épocas de epidemia, y esta es una", señaló.

Ayer, el Gobierno nacional anunció que desde este jueves tomará medida para restringir la circulación masiva de personas en los sistemas de transporte público. A partir de mañana no se podrá viajar parado en trenes y colectivos, mientras el gobierno porteño redujo la frecuencia de los subtes y lanzó permisos para estacionar en el centro.

Los pasajeros tienen miedo, o al menos expresan su preocupación cuando viajan. María Rosa Elman todos los días tiene que tomar en la línea 45 para ir a su trabajo, y la última semana por el avance de la pandemia decidió extremar los cuidados cuando está calle.

“Voy con el barbijo y los guantes a todos lados”, dice. Pero muchos no lo pueden hacer.

Por eso las medidas de prevención que pueden implementar las compañías de transporte público son importantes. “Los pasajeros tocan muchas superficies de contacto cuando viajan, las barandas cuando suben, se toman del pasamano si van parados o se agarran de los asientos, incluso cuando se sientan, y esas superficies hay que limpiarlas en profundidad”, dice Spoltore.

Las desinfecciones, ya sea por sistema de nebulización o de niebla, se realizan periódicamente. Después cada empresa, una vez que la unidad llega a las cabeceras, antes de salir, limpian los interiores con agua y lavandina. “Pero eso es otra cosa”, apunta Spoltore. “La desinfección es más profunda y de alto espectro (…) y si la hacemos por vapor llega a todas partes”, explica.

La representante de la Fundación CAER está muy orgullosa por el trabajo que hacen en tiempo de crisis: “Obviamente todo lo que se pueda hacer para brindarle seguridad al pasajero y al personal, lo haremos. Se están tomando todas las medias necesarias”.

Pero pide también responsabilidad a los pasajeros. “Si tienen que subir a un colectivo para ir a trabajar, hay que ser precavido. No tocarse la cara, las fosas nasales y, una vez cuando bajan, se lavan bien las manos o de desinfectan con alcohol en gel y continúen su rutina”, recomie

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