Un golazo y un triunfo vital para Boca ante Paranaense

En una noche de fútbol que iba derecho al empate sin goles, Mac Allister abrió el pie y le dio a Boca un triunfo vital para soñar con los cuartos de final de la Copa Libertadores.

Rara vez ocurre que un partido en esta instancia, mano a mano pero de ida, sea abierto. Por el contrario, los equipos que llegan -en general- se conocen y entienden que “los cuidados” están antes que “los riesgos”.

En ese contexto, en Brasil se dio un juego de ajedrez. Durante la primera etapa, Boca atacó directo y presionó alto para evitar la salida limpia del local; Paranaense se paró de contra y aprovechó la rapidez de sus volantes y el toque preciso para llegar con chances.

En ese inicio, las más claras del Xeneize estuvieron en los pies de Wanchope que no estuvo fino en la definición de dos oportunidades frente a Santos mientras que el local utilizó casi exclusivamente los disparos de afuera del área como arma de ataque. Hubo uno de Guimaraes que besó el travesaño y otro de Rony que se fue apenas ancho. El 0-0 a esa altura estuvo acorde con un primer tiempo parejo.

Los primeros minutos del complemento estuvieron marcados por la aspereza del juego y por tramos de más dominio del local. Ese tablero de ajedrez de los 45 iniciales se dio vuelta y Boca pasó a pararse de contra. Allí, la falta de precisión de los brasileros en los metros finales y una buena labor en general de los centrales Xeneizes, lo ayudaron a mantener el cero. Y cuando el partido iba rumbo al empate, Alexis Mac Allister sacó un remate cruzado (apenas desviado) que le dio el 1-0 a Boca.

Y en el final hubo más. A través del VAR, Fedorczuk cobró un penal dudoso pero Marco Ruben lo erró con un disparo que dio en el palo.

Actuaciones individuales positivas y un trabajo en general por encima de la media lo dejaron al equipo de Alfaro en una buena posición para la vuelta.