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Temperley celebró el día en que el cielo volvió a ser Celeste

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A 25 años de la vuelta al fútbol, el Departamento Histórico y Museo reunió a jugadores de aquella gloriosa tarde Gasolera. El resultado del partido con Tristán Suárez pasó a segundo plano. Hubo reconocimiento para quienes colaboraron en esa época.

Bajo un sol radiante y con el cielo bien celeste, Temperley festejó los 25 años del regreso al fútbol y recreó el partido que lo marcó a fuego: el triunfo por 1-0 ante Tristán Suárez para dejar atrás la desafiliación de dos años e iniciar un nuevo camino. Y ese cielo celeste que acompañó la jornada fue el marco ideal para festejar el regreso a los torneos oficiales de AFA después de dos años de oscuridad y tristeza.

Ese partido de 1993 fue el puntapié inicial para encontrar algo de claridad y tiene su lugar en la historia grande del club. Y por eso, con el objetivo de conmemorar los 25 años, el Departamento Histórico y Museo juntó a todos los protagonistas de aquella fría tarde del 24 de julio, incluido el árbitro Pascual Abiusi, y recreó ese partido para celebrar, como se merece, el renacer del club.

“Terminamos muy contentos por cómo salió todo. Pasaron 25 años y era difícil juntar 60 personas de aquella época, pero por suerte vinieron casi todos. Y para nosotros, la alegría fue doble porque no sólo se homenajeó a los futbolistas, sino también a las 30 familias que posibilitaron todo esto”, señaló Patricio Rossney, el organizador del evento e integrante del Departamento Histórico y Museo de Temperley.

El festejo inició con la comparsa “Los Celestes del Sur”, la misma que estuvo en 1993, y continuó con el puntapié inicial a cargo de Pecorelli, Zunini y Montes de Oca, actores vitales de la reapertura del club. Luego, la pelota comenzó a rodar y los jugadores ganaron el centro de la escena.

Del lado de Temperley estuvieron: Deleva, Palavecino, Faravelli, Céspedes (autor del gol en aquella tarde), De Césare, Rey, Martin, Araujo, Losas, Aranda, Marro, Rocaro, Juan González, Villalba y D’Aloia. Y de Suárez, éstos: Goette, Carrasco, Roulliet, Fernández, Figueroa, Aldirico, Maidana, Núñez, Silva, Cendra, Mollán, Bartolome, Escande, Jara, Pozze y Flynn.

En el entretiempo, y mientras las viejas glorias recargaban fuerzas, se entregaron diplomas a las 30 familias que fueron claves en esa época. “Hicieron algo muy importante por el club. Si no hubiese sido por ellos, hoy no existiría el fútbol de Temperley, ni tampoco Temperley como club social”, señaló Rossney.

Las familias homenajeadas fueron: Azpiazu, Tagliani, Monzo, Paolini, González, Colón Fernández, Morales, Sólimo, Iazbec, Grecco, Rodríguez, Fernández, Candreva, Palazzo, Allende Carrera, Ahualli, Demarco, Lazzati, Scapelatto Mondet, Pierlucca, Colas, Pecorelli, Romano Rey, Mancuso, Patala Goyti, Granados y Cesario. También recibieron su diploma Gustavo Pérez, Jorge Rossi, Oscar Torbessi, “Pato” Stellini (voz del estadio de Temperley), Enrique Zunini, Lito Osuna y Hernán Montes de Oca.

Por eso, algunos adentro de la cancha y otros afuera, todos escribieron un capítulo bisagra en la historia del club. Por eso, más allá del triunfo celeste (2-1) en esta recreación, lo importante pasó por otro lado. Se celebró el día que el cielo volvió a ser celeste para Temperley.

El partido, en la voz de sus protagonistas

 Walter Céspedes, autor del histórico gol en el triunfo 1-0 ante Suárez y emblema de la institución: “Es muy lindo que regresar al club y de ésta manera, con este lindo festejo que se organizó y nos permitió revivir un partido que nos marcó para siempre. El club estaba muerto y hace 25 años le pusimos el pecho a una situación totalmente adversa. Y pone muy feliz que haya sido el puntapié inicial de lo que es hoy Temperley”.

Eduardo Lendoiro, entrenador del Celeste en aquel partido: “Fue muy emocionante todo lo que generó con este festejo porque me reencontré con los muchachos que jugaron ese partido. Uno le debe mucho al club, lo dirigí en tres categorías, y tengo un cariño especial al club. Y es muy lindo ver cómo esta. Desde aquel partido, más allá de las buenas y malas, creció mucho y progresó un montón. Es lindo haber aportado el primer granito de arena”.

Patricio Rossney, miembro del Departamento Histórico y Museo de Temperley: “A partir de la vuelta al fútbol, se nota un sentido de pertenencia por el club muy grande y cuando el pueblo celeste comenzó acompañar al equipo juegue donde juegue. Desde ese día, el hincha acompaña masivamente al club. Y eso se lo debemos a estos jugadores y las familias que lo hicieron posible”.

 

 

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