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Talleres entró en la era del cambio y sueña

Primera B. Arrancó la temporada con resultados negativos, cambió de entrenador y sacó los últimos nueve puntos, de los cuáles seis fueron con Rodolfo Della Picca. De mirar la zona baja a meterse en la conversación. En Escalada se ilusionan con ser protagonistas.

De la mano de Della Picca, Talleres se prendió en el campeonato de Primera B. Las tres victorias consecutivas levantaron el ánimo del plantel, que ahora mira más los puestos de arriba que los de abajo, algo a lo que no estaban acostumbrados en el último tiempo.

El barco que comandaba el Pirata Adrián Czornomaz hacia agua por todas partes, pese a contar con un plantel balanceado entre experiencia y juventud. Los dirigentes lo dejaron navegar hasta la sexta fecha (un triunfo, otro empate y cuatro caídas).

Mientras el Consejo de Fútbol hizo todo lo posible para convencer a Fito, el Negro Gómez dio una mano en Los Polvorines. Y Talleres venció a San Miguel. Della Picca, que había sido sondeado a principios de temporada,  armó como a las apuradas el equipo que enfrentó a Comunicaciones (triunfo por 3-1 en Timote y Castro) y el último fin de semana dio el golpe venciendo a San Carlos en Berisso (1-0), uno de los protagonistas del torneo.

De mirar la tabla del descenso a soñar con meterse en el lote de arriba. Con 13 puntos, Talleres quedó a cinco del puntero San Telmo y en la próxima fecha recibirá a Acassuso, el exclub de su actual entrenador, al que despidieron la temporada pasada a pesar de la gran campaña que venía realizando con el Quemero.

El cambio también se nota en el hincha, que iba a la cancha medio a ver qué pasaba y se resignaba a otra temporada de sinsabores y peleando por mantenerse en la categoría. Pero llegó Fito, un “bicho” del fútbol de ascenso y le está cambiando la mentalidad al equipo. En Escalada imploran que sea el comienzo de algo lindo. Tienen con qué soñar. Sí, Della Picca hizo el cambio.

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