Pedro, el afilador que recorre las calles de Lomas desde hace 51 años
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En bici y con un peculiar instrumento de viento llamado cirica, este vecino suele pasar por San Martín, Azara y la avenida Yrigoyen, para poner a punto los cuchillos y tijeras de los vecinos.
A través del sonido de su cirica, un instrumento de viento inconfundible, los vecinos se enteran de su llegada al barrio y salen a su encuentro si lo necesitan. Pedro es afilador hace 51 años y recorre Lomas con su bicicleta. “Algunas personas me conocen”, dice, entre risas, porque sabe que es un personaje popular y muy querido.
Su llegada al oficio fue sorpresiva: la fábrica de autos Siam en la que trabajaba cerró y se quedó en la calle: “Mi mujer estaba embarazada de tres meses, hacía seis que me había casado. Mi suegro me enseñó cómo era el trabajo porque era afilador y ahí empezamos en 1967”.
Hay días que con sus 76 años pedalea la calle San Martín, otras veces Azara o Hipólito Yrigoyen. De sus décadas destinadas a este oficio, Pedro recuerda a muchos vecinos, “los viejitos se fueron de gira”, dice, pero no se olvida de Don Juan, que elaboraba pizzas deliciosas junto a su esposa, que se encargaba de las empanadas. También mantiene vivo el recuerdo de una Lomas totalmente empedrada.
Con el tiempo, el trabajo fue variando y los clientes también. “Se fueron muriendo las modistas, las costuristas, los aparadores de calzados. Y las carnicerías están en los supermercados. Yo trabajo por el conocimiento que tengo”, dice.
Cuando llega al barrio, la gente sale a la puerta para llamarlo o se comunican al celular para encargarle un trabajo. Pero señala una particularidad del público de Banfield. “Es muy localista. Es raro que vaya a Lomas o a Lanús a comprar, entonces busca siempre al conocido. Por eso sigo trabajando”. Y agrega: “Lamentablemente este oficio se llenó de tránfugas que le dicen un precio a la gente y después es otro”.
El dueño de una panadería le hizo conocer el nombre de su cirica que lo acompaña hace tanto años. “Es un instrumento de viento de la época de antes de Cristo y la usaban los árabes para chiflar. En España, a fines del 1800, los utilizaban los capadores de chanchos”, explica sobre uno de los conocimientos que le dejó este oficio de antaño que se mantiene vigente.
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