A diez años de la muerte de Luis Alberto Spinetta
rescate emotivo. A una década de la muerte del Flaco, una recorrida por su vida, su obra y por la total vigencia que tienen sus composiciones.
Luis Alberto Spinetta fallecía en su casa de Villa Urquiza, donde también estaba su estudio La Diosa Salvaje, en la triste jornada del 8 de febrero de 2012, luego que un cáncer de pulmón lo fuera apagando lentamente.
El 23 de enero de 1950, 62 años antes de ese día, el Flaco nacía en el barrio de Belgrano, en la casa de una partera, como se estila entonces.
Hijo de Julia Ramírez y de Luis Santiago, el pequeño Luis Alberto se acercó a la música precozmente, fue animador de las fiestas familiares en su niñez y pasó por varios concursos juveniles, hasta que comenzó a armar sus primeras bandas.
Destacado compositor, además de ser un gran cantante y un notable guitarrista, dejó su huella en el rock argentino al frente de Almendra, Pescado Rabioso, Invisible, Jade y Los Socios del Desierto. También desarrolló una frondosa carrera en solitario y tuvo eventuales participaciones con otros músicos.
Su Curriculum tiene más de 40 discos oficiales editados, muchos de ellos de antología; un tendal de composiciones, que incluyen clásicos imperecederos y perlas no tan escuchadas; y un sinnúmero de shows en vivo, con Las Bandas Eternas como una de las presentaciones más destacadas.
Al margen de la música, el Flaco también desplegó su pluma en dibujos e ilustraciones y en textos y poesías. También tuvo algunas apariciones en cine y otras aventuras.
Reconocido por el grueso de sus pares, no obtuvo el reconocimiento unánime de los medios y del periodismo, con los que tuvo siempre una relación tensa y de constantes idas y vueltas.
Incluso, cierto sector del público rockero no lo tuvo tan en cuenta con el absurdo argumento de no "entender" sus canciones, como si la música fuese una ciencia exacta a descifrar a través de fórmulas matemáticas.
Por supuesto que siempre tuvo un público fiel que supo acompañarlo en sus contantes aventuras artísticas que incluyeron varios virajes estilísticos, con la férrea premisa de que mañana será mejor y de no dormirse plácidamente en los laureles de los éxitos conseguidos.
El tiempo fue poniendo todo en su debido lugar y a pesar de su muerte, o tal vez por alguna dosis de reconocimiento tardío, la obra de Spinetta sigue justicieramente vigente y hasta es redescubierta por nuevas generaciones y por aquellos que lo oyeron en tiempo.
Luego de su muerte, se editaron una serie de libros biográficos y otros que hacen anclaje en un momento determinado de su obra, entre otras temáticas relacionas a su figura, en un furor editorial que promete seguir creciendo.
Mientras que el Flaco estaba entre nosotros, sólo un par de publicaciones que lo tenían como protagonista llegaron a las librerías, al margen de "Guitarra Negra", de la propia autoría del músico.
En otro de los reconocimientos, en 2015 se sancionó en el Congreso Nacional el proyecto de ley que designó a su día de nacimiento como el Día Nacional del Músico, una iniciativa parlamentaria que tuvo un enorme consenso.
También se multiplicaron los recitales en clave de homenaje, muchos de ellos encabezados por grandes figuras del rock argentino y por músicos con los que compartió su carrera, al margen de otros organizados por artistas ignotos que se suman a la causa.
Sus temas siguen siendo versionados por múltiples artistas y una edición de "Artaud" contó con los temas originales con grabaciones de las mismas canciones en manos de grupos del Under.
Más allá de lo comercial, se relazaron muchos de sus discos en vinilo con el arte de tapa original, que se vendieron como pan caliente, a pesar del precio desorbitante.
Lo recuerdan también espacios de la Ciudad de Buenos Aires, como un paso a nivel, y hasta hay una noble cruzada para que la calle Iberá, donde estaba su estudio La Diosa Salvaje, lleve su nombre.
Una sucesión de especiales televisivos también lo recuerdan a menudo y la producción más lograda fue en el ciclo "Bios", de Nat Geo, que contó el aporte y la presencia de su familia.
Cuando se cumplieron siete décadas de su natalicio se editó «Ya no mires atrás», un álbum con varias canciones que fueron halladas por sus hijos, grabadas entre 2008 y 2009, que será el segundo disco póstumo después de "Los Amigo".
A 10 años de su partida de este mundo, la obra spinetteana goza de buena salud y la vigencia de sus canciones es incorrosible y la influencia sobre los nuevos artistas se mantiene como en los viejos tiempos.