Cumplió 100 años con tantos invitados que hizo dos festejos
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Sara Rodas recibió tal cantidad de visitas que fue anfitriona dos veces.
Dos días tuvo que dedicarle la vecina de Lomas Sara Rodas a festejar su primer centenario de vida para que todas las personas que la aman puedan saludarla. El sábado fue el día de su cumpleaños en el que hubo un gran festejo, pero como quedó gente afuera el martes tuvieron que repetir el agasajo. “Muchas gracias por todo esto”, fue una de las frases que dijo Sara en cada uno de sus cumpleaños. Su sobrina Alba Aramendi le contó a La Unión que su tía es una mujer amada por toda la familia: “La atendemos como una reina. Ella vive con su hija y está muy bien de su cabeza, entiende todo y estaba muy contenta de este festejo por partida doble”. Sara nació en la provincia de Corrientes, pero llegó a Buenos Aires durante su adolescencia; luego conoció a su marido con el que tuvo a su única hija, Sarita Dulzadelli, y desde ese
entonces se instaló en el centro de Lomas. “La hija de mi tía tiene una academia de baile y ella se encargaba de diseñar y coser la indumentaria de los bailarines”, contó a sobrina. Sara también es una mujer sumamente religiosa y una anécdota marca la importancia que siempre tuvo en su vida la consagración ante Dios, ya que siemre había soñado con casarse por Iglesia, pero su marido no quería y sólo contrajo matrimonio por civil. Pero ella, con el paso de los años, logró convencerlo y finalmente de más grandes pudieron ser bendecidos por la Iglesia Católica y fueron casados como Sara anhelaba. “Como es tan creyente también hicimos una misa en su nombre para que sea bendecida al cumplir los 100 años y ella no quiso faltar”, contó Alba. “Dios me espera”, dijo Sara antes de llegar a la misa junto a su familia el último sábado. Algunos de sus placeres y tal vez el secreto de haber llegado a los 100 es comer rico, tomar una copa de champagne, bailar y estar con los más chicos a quienes aconseja respecto “al amor y respeto que se debe tener hacia el prójimo y la importancia de estar en familia”. Dice Sara que sus años la avalan y sabe más que nadie cómo disfrutar una vida centenaria.