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“Cumplimos el sueño de obtener el título secundario”

dos generaciones unidas por las ganas de progresar. Son madre e hija y este año lograron egresar juntas, algo que no imaginaron un tiempo atrás. ?Queremos seguir capacitándonos?, dicen.

Madre e hija tenían un objetivo claro: terminar sus estudios y gracias a la ayuda mutua lo lograron. Por eso, las vecinas del barrio Centenario de Banfield, Nilda Celia Romero (70) y Analía Salas (45) con medalla y diploma en mano, afirman: “Cumplimos el sueño de obtener el título secundario”.

Algo que para algunos es simplemente una etapa de la vida, para estas dos mujeres era mucho más. “En mi época había que dar un exámen de ingreso para entrar al secundario y mis padres no tenían el dinero para pagar una maestra particular que me pueda preparar para eso”, recuerda Nilda que ya está jubilada, pero siempre anheló poder estudiar.

Hace un tiempo atrás decidió comenzar a estudiar, pero sólo logró hacer dos años del Plan Fines porque sus problemas de salud no la dejaron continuar. Por ese motivo, cuando su hija Analía decidió anotarse en la ONG Manos que Ayudan, Nilda se preguntó si ella también podría terminar eso que había comenzado en otro lugar y así fue que este año obtuvo su título.

“Tuve que hacer sólo un año completo porque me reconocieron los anteriores y rescato que fue una experiencia hermosa porque mis compañeros me trataron como una más de su edad y me recibieron con mucho cariño”, cuenta Nilda.

Madre e hija coordinaron sus horarios y decidieron estudiar en distintos horarios para que la hijita de Analía no se quede sola mientras ellas iban a la escuela. “Yo iba de 13 a 17.30, y mi mamá en el horario nocturno porque mi familia es ella, mis hijos y mi pareja”, explica Analía y además destaca que su decisión de terminar el secundario nace porque la hicieron sentir vieja: “Soy de la generación que salía a buscar trabajo y se encontraba. En este último tiempo, sentí que el impedimento era la edad y la falta del título secundario fue algo que me impulsó a estudiar”.

Salir de sus casas, socializar, responsabilizarse por uno mismo y sus compañeros y ser parte de una rutina, son algunos de los logros que obtuvieron estas dos mujeres durante el período de estudio.

“Me costó mucho, pero siempre tuve la contención de los integrantes de Manos que Ayudan, de los profes y mis compañeros”, dice Analía, que espera poder estudiar la carrera Minoridad y Familia en un futuro próximo. “En ese lugar aprendí que me puedo dedicar a una tarea social porque no fue sólo un lugar donde se estudia y ya está. Se encargan de apoyar a los alumnos porque no es lo mismo estudiar de grande que de chico”, señala.

Nilda tampoco descarta seguir capacitándose: “Me gusta mucho inglés. Cursar esa materia me recordó que a mis 18 hablaba muy bien, pero la falta de práctica me perjudicó. Por eso me gustaría seguir haciendo algo relacionado al idioma”.

Ambas mujeres se apoyaron mutuamente en este período y aseguran que es una experiencia para recomendar a aquellos que aún no se animen a retomar o comenzar a estudiar.

“No hay que bajar los brazos porque todos tenemos la capacidad de superarnos, sólo hay que proponérselo y luchar por el objetivo”, coinciden madre e hija.

Para inscribirse al Plan Fines 2020 hay que acercarse a Manos que Ayudan, ubicada en Pío Baroja 40, Centenario de lunes a viernes de 10 a 18.

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