Cuatro hermanos lomenses crearon un "jardín de infantes" para perros

PASIÓN CANINA. La guardería tiene sedes en Temperley y en Madariaga. Hay tiempo para la diversión, descanso, adiestramiento y hasta una perra "hace" entrevistas a nuevos postulados.

Los hermanos Arancedo disfrutan de su trabajo con los perros

Los hermanos Arancedo disfrutan de su trabajo con los perros.

"Con mis hermanos, desde adolescentes, siempre trabajamos con perros. Antes éramos paseadores y luego adiestradores, pero en 2013 se nos ocurrió armar una guardería para cuidar a los caninos de los clientes que se iban de vacaciones", así empezó a explicar el lomense Joaquín Arancedo sobre la pasión que une a prácticamente toda la familia y que, hoy en día, continúan desarrollándola con la misma pasión de siempre.

Joaquín es el director de adiestramiento de la guardería Mundo Canino y contó que comenzaron con el proyecto de la guardería en Temperley, donde alquilaron dos casas. Debido al éxito y a la gran cantidad de perros que recibían, se les ocurrió poder ampliar la guardería y la escuela de adiestramiento hasta General Madariaga, más precisamente a una chacra que es de la familia.

"Era una locura pensar en trasladar los perros desde Temperley hasta Madariaga, pero tuvimos el apoyo de los clientes", rememoró acerca de la decisión que les permitió crecer aún más. De esta manera, los perros que van a la guardería y son retirados en el día se quedan en Temperley, mientras los que se quedan a dormir para pasar varios días e incluso semanas, son llevados al campo.

UN DÍA EN LA GUARDERÍA

La jornada empieza durante la mañana, donde se realiza la limpieza correspondiente para recibir a los perros. Además de cuidar y jugar con los caninos que reciben habitualmente, en un fondo de 20x50 metros, también se preparan para realizar entrevistas: los nuevos postulados que quieren ingresar a la guardería deben pasar por las patas de Cali, una perra labradora de ocho años que es la encargada de determinar si el perro es sociable y apto para formar parte del grupo.

"El dueño genera un formulario para la entrevista y el perro es probado con Cali, una perra muy equilibrada y con buen lenguaje, que nos permite ver cómo reacciona el entrevistado ante ese contacto con un par", detalló el mayor de los hermanos sobre el particular método que utilizan. Rápidamente agregó: "La postura, la forma de sus orejas y su cola, si se crispa o no, si sabe presentarse o relacionarse, si es dominante, si es sumiso o si tiene miedo son formas de darse cuenta si lo podemos acoplar al resto de la manada".

Cali, una perra muy equilibrada y con buen lenguaje, nos permite ver cómo reacciona el entrevistado ante ese contacto con un par. La postura, la forma de sus orejas y su cola, si se crispa o no, si sabe presentarse o relacionarse, si es dominante, si es sumiso o si tiene miedo son formas de darse cuenta si lo podemos acoplar al resto de la manada.

"Hay perros en los que se debe trabajar de a poco para que puedan ingresar, mientras que otros pueden tener algún problema de conducta, que puede ser por su dueño, y por eso no pueden formar parte del grupo, pero sí darle adiestramiento para rehabilitarse", explicó.

Dos veces por semana se realizan los viajes a Madariaga para llevar a los perros que pasarán más de un día en la guardería y para buscar a quienes deben volver con sus dueños. "Que los perros estén acá o en el campo les hace muy bien, sobre todos a los que no tienen patio en sus casas, porque aprovechan el espacio libre para jugar, descargar energía, interactuar y sociabilizar", describió el lomense. Durante la tarde y ya acercándose a la finalización del día, se realizan los cursos de adiestramiento.

Joaquín admitió que tanto a él como a sus tres hermanos (José, Germán y Santiago) siempre les gustaron los animales y que, en su trabajo, "mezclaron" los empleos de sus padres: su papá siempre se dedicó al campo, mientras que su mamá fue directora de un jardín de infantes y es psicóloga.

Joaquín admitió que tanto a él como a sus tres hermanos (José, Germán y Santiago) siempre les gustaron los animales y que, en su trabajo, "mezclaron" los empleos de sus padres: su papá siempre se dedicó al campo, mientras que su mamá fue directora de un jardín de infantes y es psicóloga. "La guardería es como un jardín de infantes para los perros y también hacemos un poco de psicólogos porque trabajamos mucho en el adiestramiento y en la conducta", agregó.

Además de este gran trabajo, en Madariaga también tienen un espacio que funciona como refugio, donde ayudan a las personas que tienen un perro y que necesitan darlo en adopción a encontrarles un nuevo hogar. Porque la solidaridad también es parte de su rutina.

Nos encanta poder trabajar con animales y viajar al campo. Nos pagan por una labor que cuando éramos chicos lo hacíamos por gusto.

Como proyecto, los hermanos Arancedo tienen en mente poder agrandar de 10 mil a 40 mil metros cuadrados el espacio disponible en Madariaga, con el objetivo de que los perros tengan un lugar más amplio para disfrutar y, así, ser la guardería cerrada más grande de Argentina.

"Nos encanta poder trabajar con animales y viajar al campo. Nos pagan por una labor que cuando éramos chicos lo hacíamos por gusto", concluyó el director, feliz de "ver todos los días a los perros disfrutar, sanos y equilibrados".