De tener una máquina de coser a ser proveedora de primeras marcas 

ORGULLO LOMENSE. Inició su emprendimiento textil hace 30 años. Tras fundir varias veces, se repuso y hoy es un ejemplo de perseverancia y esfuerzo. 

Para la lomense Beatriz Bóveda, la cultura del trabajo es "lo más importante que hay" y lo demuestra a diario en su empresa textil ST Dominic, la cual comenzó con apenas una máquina de coser, atravesó muchas dificultades y hoy en día es la encargada de proveer indumentaria a importantes marcas. "A mis empleados los motivo para que se esfuercen, que no se frustren cuando aparecen problemas para que puedan salir adelante", sostuvo.

La empresa textil ST Dominic (Balcarce 664) comenzó a funcionar en Lomas en la década del '90 y siempre se caracterizó por lucharla y nunca bajar los brazos. "Nos fundimos tres veces debido a las consecuencias económicas del país, pero pudimos levantarnos en todas. Hoy, por suerte, estamos muy fuertes", explicó Beatriz Bóveda, quien fue la encargada de empezar con dicho emprendimiento y que, con sus primeras palabras, ya demostró las ganas que tiene de trabajar y progresar.

Arranqué con una máquina de coser y aprendí a usarla por curiosidad. Así empecé esta mini empresa en mi casa. Trabajé muchas horas en armar y desarmar prendas, a tal punto que ahora hago indumentaria para las mejores marcas.

"Arranqué con una máquina de coser y aprendí a usarla por curiosidad. Así empecé esta mini empresa en mi casa. Trabajé muchas horas en armar y desarmar prendas, a tal punto que ahora hago indumentaria para las mejores marcas", contó Beatriz, emocionada de recordar su pasado y valorar el esfuerzo diario para salir adelante junto al acompañamiento de sus hijos Elizabeth, Adrián, Patricia y Alejandro.

Mistral, Ona Saenz, Kevingston y Bross son algunas de las marcas a las que provee la empresa que maneja Beatriz. "Lo que más me gusta es que les suministramos indumentaria completa, desde la cabeza a los pies, a las cooperativas de Acumar, quienes se encargan de sanear la Cuenca Matanza Riachuelo", sostuvo, y rápidamente agregó: "El diseño de su ropa también es nuestro. Trabajamos fuertemente para que la calidad de la indumentaria sea muy buena".

La cultura del trabajo es lo más importante que hay. En Argentina hay muchísimo por hacer y el que tiene ganas de progresar puede contar con las herramientas, no hay excusas, solo hay que ponerse objetivos para salir adelante.

El comienzo de la pandemia, a principios de 2020, le permitió a Bóveda poder incluir en su empresa la elaboración de barbijos, tan necesarios para evitar los contagios y la propagación del Coronavirus: "Tuve como una visión y me decidí a comprar la materia prima para fabricarlos. El 10 de marzo, antes de la cuarentena, era una de las primeras en tener barbijos". De marzo a junio del 2020 llegaron a confeccionar más de dos millones de tapabocas descartables y, además, realizaron una gran cantidad de camisolines para el personal de salud.

Hoy en día, ST Dominic cuenta con 30 máquinas necesarias para la producción: corte, bordado, estampado, diseño y terminación. "Tengo todo lo que se requiere para armar una prenda desde cero", resumió la lomense de 55 años, quien contó una anécdota relacionada con su trabajo y el Colegio Nuestra Señora del Carmen, al que asistían sus hijos: "Vi que el uniforme era marrón, muy antiguo y que los alumnos tenían dos tipos de escudos, entonces propuse unificar todo en un nuevo uniforme. En 2010 actualizamos la indumentaria y me fue muy bien".

Mistral, Ona Saenz, Kevingston y Bross son algunas de las marcas a las que provee la empresa que maneja Beatriz. Además, viste de pies a cabeza a las cooperativas de Acumar, quienes se encargan de sanear la Cuenca Matanza Riachuelo.

Beatriz sabe que los fracasos que tuvo a lo largo de su vida le dieron la posibilidad de corregir errores. "A mis empleados los motivo para que se esfuercen, que no se frustren cuando aparecen problemas para que puedan salir adelante", dijo. Resiliencia en su máxima expresión.

"La cultura del trabajo es lo más importante que hay. En Argentina hay muchísimo por hacer y el que tiene ganas de progresar puede contar con las herramientas, no hay excusas, solo hay que ponerse objetivos para salir adelante", concluyó la lomense, que bien merecido tiene su Día del Trabajador.