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Ofrecen una importante recompensa para dar con los asesinos de Jennifer Rojas

A SEIS AÑOS DEL CRIMEN. El Ministerio de Seguridad bonaerense finalmente accedió al pedido de la familia y destinará hasta $250 mil a quien aporte algún dato para esclarecer el hecho.

Jennifer tenía 29 años y era estudiante de Bioquímica

Jennifer tenía 29 años y era estudiante de Bioquímica.

Jennifer Soledad Porpora Rojas tenía 29 años cuando la tarde del 13 de noviembre de 2014 dos hombres arriba de una moto la atropellaron a metros de Recondo y Guaminí, en Ingeniero Budge. Cruzaba sola la calle cuando la chocaron y quedó tendida sobre el asfalto. Pese a los intentos de los médicos, no sobrevivió por la gravedad de las heridas.

Desde entonces su familia su familia pide justicia, un dato, algo que ayude a esclarecer el caso. Y ahora el Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires formalizó una recompensa pública de entre $150 mil y $250 mil para todas aquellas personas que ofrezcan información en los Tribunales de Lomas de Zamora o el Registro de Personas Desaparecidas.

Se trata de un reclamo de larga data de su madre, Socorro del Valle Rojas, que a pesar del paso del tiempo no baja los brazos por encontrar una pista, una respuesta que le devuelva algo de paz y le permita sanar las heridas. "Alguien me tiene que decir quienes fueron los que estaban en la moto ese día, ahí voy a tener un poco de calma", afirmó la mujer.

La oferta pública de recompensa ya fue difundida en la web oficial del Ministerio de Seguridad bonaerense y asegura la "estricta reserva de identidad" a todas aquellas personas que "suministren información a las autoridades".

"Las personas que quieran aportar la información requerida deberán presentarse ante los Fiscales Generales de Cámara de los distintos Departamentos Judiciales de la Provincia, la Unidad Funcional de Instrucción N° 10 (que interviene en el caso), o ante la Dirección Provincial de Registro de Personas Desaparecidas", precisa el texto.

Aquel jueves fatal hace seis años, Jennifer salió a comprar a la carnicería del barrio. Le preguntó a su mamá: "¿Qué comemos?" Y le prometió que cuando volvía le pasaba los apuntes de lo estaba estudiando. "Cuando vengas tomamos unos mates", le respondió Socorro. Pero a los diez minutos un chico tocó el timbre para darle la peor noticia.

Del accidente hay muy pocos datos. La investigación desde el principio naufragó ante la falta de testigos directos. Nadie pudo ver la chapa patente de la moto ni la cara de los asesinos. Se cree que eran dos, al menos eso es lo que relató un vecino. Cámaras de seguridad en la zona había, pero las imágenes no aportaron nada por la mala calidad.

Socorro confía que ahora quizá alguien aproveche la oportunidad y hable. "Sé que alguien debe saber quiénes fueron los responsables. Quizás si no lo hicieron antes por plata ahora me digan si vieron algo. Los tengo que encontrar porque aunque no me la devuelvan físicamente quiero que mi hija tenga justicia", apuntó la mujer con dolor.

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