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Cumplió 100 años: celebró rodeada de amor y contó sus secretos

DE ITALIA A LOMAS. La vecina María Bonelli festejó el siglo de vida junto a familiares. "Ver los logros de mis hijos es un regalo que me voy a guardar para siempre", dijo. 

Cumplir 100 años es un regalo que hay que agradecer, pero si al siglo de vida se llega con la entereza y la lucidez de la vecina María Bonelli, la satisfacción es doble. Nacida en Italia en 1921 y con una vida llena de sacrificios, decidió buscar un futuro mejor para ella y sus hijos en Argentina y en Lomas. Los frutos de tanto esfuerzo llegaron con el paso del tiempo y María sopló las velitas en un merecido festejo, momento en el que seguramente dio las gracias por estar rodeada y envuelta del amor de sus hijos, sus nietos, sus bisnietos y sus amigos.

María ya pidió sus deseos. Luego del merecido festejo, se tomó el tiempo de hacer una pausa, observar y mirar a una gran familia que la rodea. Quizás, el tesoro más preciado de toda su increíble vida.

Como tantos inmigrantes, María decidió deja su Italia natal para buscar nuevos horizontes y así comenzar una nueva vida. Así fue que, en 1957, se mudó a Argentina con sus dos hijos, Mario y Franco Bonafine. Del otro lado del Océano Atlántico ya la esperaba su esposo, que llegó a suelo argentino en 1949, en búsqueda de un futuro mejor tras la Segunda Guerra Mundial.

Tuve una vida de bastante trabajo, pero normal. Siempre traté de cuidarme y de no tener excesos.

Ya en el país, el destino fue Temperley: su primera vivienda estaba ubicada en la calle Estévez Correa 520, donde vivieron hasta 1966, hasta que la familia se mudó de forma definitiva a la Avenida Almirante Brown 3756.

"Tuve una vida de bastante trabajo, pero normal. Siempre traté de cuidarme y de no tener ningún tipo de excesos", admitió María, como si revelara la fórmula mágica para llegar de la mejor manera a su edad.

Ver los logros de mis hijos y haber podido disfrutar tanto de mis nietos y mis bisnietos son regalos que me voy a guardar para siempre, soy muy afortunada.

"Mi papá era carpintero y el encargado de trabajar para que haya un ingreso en la casa, pero el motor de la familia era mi mamá", admitió Franco. Emocionado, agregó: "Ellos siempre reflejaron el espíritu del sacrificio. Vinieron a Argentina para darnos una mejor vida a mí y a mi hermano, siempre quisieron lo mejor para nosotros y por eso voy a estar siempre agradecida".

Sus dos hijos, sus cuatro nietos y sus tres bisnietos (por ahora, viene el cuarto en camino) son su razón de vivir y una inyección de energía. Ellos, los encargados de brindarle a María amor a diario y así, devolverle todo lo que hizo por cada integrante de la familia.

Rodeada de todos sus seres queridos y amigos, el cumpleaños se celebró en una quinta de Adrogué y tuvo mariachis y payadores para alegrar la fiesta.

El festejo por el siglo de vida fue acorde a un acontecimiento de tal magnitud. Rodeada de todos sus seres queridos y amigos, el cumpleaños se celebró en una quinta de Adrogué y contó con mariachis y payadores para alegrar la fiesta. Además, como no podía ser de otra manera, el DJ hizo sonar algunas canciones típicas de Italia, como lo son las tarantelas.

"La vida me dio muchísimas satisfacciones. Ver los logros de mis hijos y haber podido disfrutar tanto de mis nietos y mis bisnietos son regalos que me voy a guardar para siempre, soy muy afortunada", concluyó Bonelli. Chin chin y por cien años más.

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