Vivir en donde estuvo el Hipódromo de Temperley, lugar que ardía de pasión

LA HISTORIA. La casa de Sofía Oguic, del Instituto Histórico Municipal de Lomas, está en uno de los lotes del espacio que cautivaba pasiones con las carreras de caballos.

La lomense Sofía Oguic, Miembro del Instituto Histórico Municipal de Lomas, es una apasionada de la historia de la localidad y siempre está predispuesta a investigar y conocer más sobre el lugar donde vive. Justamente su casa, ubicada en la calle Condarco, la une con el Hipódromo de Temperley: su abuela fue quien compró, en 1934, unas quintas que pertenecían al histórico lugar de carreras que cautivó a miles de lomenses en las primeras décadas del siglo XX.

Sofía Oguic vivió toda su vida en Lomas en una casa familiar ubicada en Condarco, la cual ya la han pisado seis generaciones de la familia. Justamente ese espacio tan preciado constituyó una de las pistas del famoso Hipódromo de Temperley y, al enterarse de este dato, decidió comenzar a investigar: "El hipódromo estaba dentro de lo que era la quinta del Doctor Domingo Cabred, ubicada desde Triunvirato a Pasco y desde Almirante Brown hasta la diagonal Cabred, una calle que queda a media cuadra de mi casa".

En aquella época, el turf era más popular que el fútbol. Todo el mundo esperaba el domingo para las carreras y no había diferencia social.

Cabe destacar que el Lomas Jockey Club funcionaba desde 1904 en las cercanías del Hospital Gandulfo y luego se mudó hacia Longchamps en 1911. Tras sufrir un incendio y gracias a la presión de los propios vecinos, se construyó uno nuevo en 1914: así nació el Hipódromo de Temperley, un espacio que era el centro de atracción durante los fines de semana con carreras que quedaron guardadas en la historia y en la memoria de los espectadores.

"En aquella época, el turf era más popular que el fútbol. Todo el mundo esperaba el domingo para las carreras y no había diferencia social", contó Sofía, que luego admitió que en la zona había espacios relacionados al turf, como lo eran los studs (que se dedicaban al cuidado de los caballos de carrera) y las herrerías.

El espacio de carreras de caballos cerró sus puertas en 1927 cuando La Plata dejó de aceptar cualquier hipódromo en territorio bonaerense, a excepción del de dicha ciudad. El predio se loteó en 1929 y la abuela de Sofía, Rufina Rodrígues de Valenti, compró cinco años más tarde dos quintas en el lugar, a la altura de la calle Zuviría, con el objetivo de cumplir su sueño de tener su casa propia.

El espacio de carreras de caballos cerró sus puertas en 1927 cuando La Plata dejó de aceptar cualquier hipódromo en territorio bonaerense, a excepción del de dicha ciudad. El predio se loteó en 1929 y la abuela de Sofía, Rufina Rodrígues de Valenti, compró cinco años más tarde dos quintas en el lugar, a la altura de la calle Zuviría, con el objetivo de cumplir su sueño de tener su casa propia. "Desconozco cómo se enteró del loteo, pero especulo que fue gracias a los diarios. Una de las quintas la pagó al contado y la otra a abonar en 10 años", detalló Oguic.

La integrante del Instituto Histórico apoyó sus averiguaciones en el libro "Temperley: Su historia, Su gente" de Jorge Gualco y Alberto De Paula, el cual se centra en los inicios de la localidad. "La primera mención que se hace de esta zona es de mediados del siglo XVII. Cuando Juan de Garay divide las tierras, a uno de sus acompañantes le entrega una franja que pertenece a Quilmes, mientras que a otro le da la zona que luego sería propiedad de Zamora", contó quien trabaja en el Museo Histórico Nacional.

El Hipódromo contaba con dos pistas y todavía se puede observar en la zona un rezago de dichos lugares para las carreras de caballos: la bifurcación de la calle Condarco y Malvinas Argentinas, además de Ingeniero Mitre y José Martí, donde en ambas.

"En las divisiones que empiezan a tener estas tierras, se nombra una parcela que se entrega en dote a un matrimonio y que está ubicada a 80 metros al sur de la actual calle Eva Perón, es decir, la calle de mi casa", sostuvo con el relato Oguic.

El Hipódromo contaba con dos pistas y todavía se puede observar en la zona un rezago de dichos lugares para las carreras de caballos: la bifurcación de la calle Condarco y Malvinas Argentinas, además de Ingeniero Mitre y José Martí. En ambas se puede observar una curva, idéntica a la de las pistas.

La mamá de Sofía decidió conservar las tierras y con ellas un gran recuerdo de Rufina Rodrígues de Valenti, quien falleció en 1965. "La primera construcción que se hizo en estas tierras fueron dos piezas con ladrillo de canto. Siempre fue una casa muy humilde. Con el tiempo se amplió y actualmente, con mi hermano Luis Gregoric, conservamos los lotes de la mejor manera posible y con un gran amor", concluyó Oguic.