"Para nosotros siempre va a ser el Pelusa del barrio"

Recordando al 10. Cuatro vecinos de Fiorito comparten las vivencias y anécdotas junto a Diego Maradona. Los helados en Pompeya, las escapadas al boliche y las coladas en el tren. 

El barrió est conmovido por la muerte de Diego contó Gladys

"El barrió está conmovido por la muerte de Diego", contó Gladys.

Diego Maradona transitó la infancia y parte de su adolescencia en Fiorito, donde compartió vivencias, anécdotas y momentos con varios vecinos que lo recuerdan con mucho cariño.

"Nací y me crié en Fiorito como Diego, con quién hemos compartido juegos y travesuras de la niñez como correr, jugar a las escondidas y tomarnos el tren para comprar un helado. Siempre fue especial, un buen amigo, compañero y divertido", contó Mary, que vivía en Mario Bravo y Azamor, a 20 metros de lo que fue la casa de la familia Maradona, ubicada en la calle Azamor 523. "Éramos varios amigos de la cuadra y siempre los veía jugar a la pelota en un baldío. Cuando cumplió 16 nos reunimos en su casa y ahí le dieron la llave del hogar que tuvo en Villa del Parque", agregó.

Después de un tiempo fuera de Fiorito, Mary volvió al barrio y ya lleva 20 años de peluquera. Al igual que mucha gente, se enteró del fallecimiento de Diego por la televisión. "Fue un impacto grande, no caí hasta la tarde cuando volví de trabajar y fui a la puerta de su casa en la que me encontré con una gran cantidad de personas llorando y tocando tambores, redoblantes y trompetas. Es una mezcla de sensaciones porque se fue parte de nuestra historia pero quedan recuerdos inolvidables", afirmó Mary y destacó que "gracias a él, Fiorito es conocido en el mundo".

CUMPLEAÑOS Y TRAVESURAS

"A veces no tenía los libros así que se los prestaba a Diego, que iba a la Escuela San Martín y yo a Nuestra Señora de Fátima. Cuando cumplí los 15, vino a la fiesta en mi casa con el blazer bordó del uniforme y guantes negros. 'Sacate los guantes para bailar, Pelusa', le dijimos en broma", expresó Gladys, cuya vivienda estaba ubicada sobre Mario Bravo, justo a la vuelta de la de su amigo que "se la pasaba todo el día en la esquina jugando a la pelota y haciendo jueguito".

Ella también estuvo en el cumpleaños de 16 y, al igual que Mary, recuerda que le dieron la llave de Villa del Parque para que se mude cerca de la cancha de Argentinos Juniors. "Thompson & Williams le mandó un cheque para que se vista con ropa de la marca. Ahí ya jugaba en Primera así que en ese cumple había mucha gente, bailamos el rock y pasamos una linda noche", señaló.

Gladys y Mary se criaron juntas desde los 3 años. "Somos amigas-hermanas de la vida. Con Diego nos íbamos en tren desde Fiorito hasta Puente Alsina hablando, haciendo chistes y después tomábamos helado en Pompeya. Mi tío tenía un boliche del otro lado de la estación, en el centro de Fiorito, y él se escapaba para ir al baile y los padres lo iban a buscar porque al otro día tenía que entrenar", dijo Gladys, y agregó: "Su mamá y papá lo cuidaban un montón. Él siempre lo agradeció y nos contaba que pasaban hambre".

Aunque hace más de 30 años que se fue de Fiorito, Gladys siempre se pega una vuelta porque su mamá vive en la casa de su infancia. "El barrio está muy conmovido y la casa de él está llena de banderas, dibujos y carteles que deja la gente. Para mí siempre va a ser el Pelusa del barrio, una muy buena persona con la que pasamos hermosos momentos", remarcó.

FÚTBOL Y POTRERO 

Carlos Benítez tiene la felicidad de haber compartido varios momentos con el mejor futbolista de todos los tiempos. "Nos conocimos a los 9 años cuando yo jugaba en Lanús y Diego en Argentinos. Tuvimos una linda relación en la que jugábamos a la pelota en el potrero y también venía seguido a mi casa de Mario Bravo y Figueredo para contarme cómo le estaba yendo en el club".

El potrero de Fiorito en el que Diego desplegaba su talento estaba en Plumerillo y Chivilcoy. "Hacía desastres, era de otro planeta. En esa época los partidos eran por plata y le decíamos que no juegue para que no se lesionara", contó Carlos.

El 20 de octubre de 1976, Maradona debutó en Primera en el recordado partido que el club de La Paternal perdió 0-1 con Talleres de Córdoba. "Montes (DT de Argentinos) lo venía probando en tercera contra la primera y Diego ya tenía la sensación de que iba a debutar. Pasó por casa feliz de la vida para mostrarme los botines Adidas que le habían dado para jugar", recordó y sumó: "Ese día hacía un calor bárbaro. Con varios amigos de Fiorito fuimos a verlo y hasta nos hizo pasar por el costado de la cancha. Él estaba cumpliendo un sueño y nosotros teníamos una gran felicidad", destacó Carlos, que tiene cuatro hijos y es trabajador del Programa Eco Lomas del Municipio.

Como un tesoro invaluable,  Carlos conserva el carnet que le regaló Diego cuando jugaba en la octava división de las inferiores de Argentinos.

Mientras que Ramón Moreira, conocido en Fiorito como "El Conejo", vivía a dos cuadras de la famosa casa de Azamor y jugó en Estrella Roja, el primer club de Maradona. "Estaban los mejores del barrio. También había partidos por plata y Diego se escapaba cuando podía para jugar con nosotros así que ganábamos siempre porque hacía la diferencia", exclamó "El Conejo".

En esos años, Ramón estaba en las inferiores del Club Comunicaciones. "Los dos practicábamos a la mañana así que nos veíamos en el tren y nos colábamos porque no teníamos para el boleto. Cuando estaba en Boca y ya se iba al Barcelona, nos invitó al plantel de Estrella Roja para hacer una despedida en la que jugamos al fútbol, comimos un asado que hizo el padre y nos acordamos de un montón de cosas que habíamos vivido", expresó.

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