La Unión | LOMAS

"Estaba justo detrás del auto aplastado, me salvé por cuatro metros"

PODER CONTARLO. Héctor Ayrala estaba trabajando, iba a entregar un bonsái a la calle Larroque y manejaba por Hipólito Yrigoyen cuando se levantó un viento terrible. 

En pleno Hipólito Yrigoyen

En pleno Hipólito Yrigoyen.

Hay días en los que uno debería volver a festejar su cumpleaños. Éste es el caso de Héctor Ayrala, un vecino de Banfield que se salvó de milagro en el temporal de 2013, al quedar justo atrás del auto en el que se incrustó el cartel de Mc Donald's en pleno Hipólito Yrigoyen. 

Héctor se dedica a cultivar bonsái desde hace más de 35 años y ese día, hace siete años, tenía que ir a entregar un pedido a la calle Larroque. 

"Lo tengo muy presente, tenía que ir a entregar un bonsái, era un regalo, quería cumplir con el cliente. Aunque veía que se estaba poniendo muy feo fui para el lugar. Cuando iba por la avenida se desató un viento terrible", contó Héctor, todavía con la sensación de sentir la furia de la naturaleza.  

 Veo que se levanta esa marquesina gigante. Todos tratamos de frenar. 

Y agregó: "Veo que se levanta esa marquesina gigante. Todos tratamos de frenar y cayó en el auto que estaba delante de mío que había un señor. Me salvé por cuatro metros. Traté de ponerme a un costado para auxiliar al hombre, vi que estaba bien, y luego me fui porque tenía mucho miedo". 

No era para menos. En no más de 10 minutos de temporal despiadado, quedó un panorama desolador. Fue en la tarde del 2 de diciembre de 2013, cuando un temporal hizo volar techos, carteles, volteó árboles y postes de luz. Hubo un derrumbe en una obra en construcción en Banfield Este que provocó la muerte de un obrero que trabajaba allí, y hubo siete heridos.

UN EMPRENDEDOR TODOTERRENO

Héctor cultiva bonsái, orquídeas, bromelias. Los ombúes son los bonsai que más vende y llegan a medir hasta 20 centímetros. Los jazmines y azaleas, dentro de los florales, también son muy pedidos, mientras que las coníferas son de aproximadamente 40 centímetros. 

Ayrala empezó a vender los bonsai en distintas exposiciones, hasta que alquiló un espacio para cultivar más cantidad. En 1989 tuvo su primer vivero, con un aspecto "bien oriental", ubicado en Roldán y Gallo. "Daba cursos allí y también en la Escuela Municipal de Arboricultura, Jardinería y Ecología Aplicada de Lomas. En ese momento, el bonsai no era tan conocido y creo que soy de los primeros en el país, sin ser japonés, en incursionar en estos árboles", dijo.

Bonzai Zona Sur, tanto en Instagram y Facebook.

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