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Cómo sigue hoy el juicio por los crímenes del Pozo de Banfield

AVANZA EL DEBATE. Se reproducirán por video los testimonios de Adriana Calvo, Nilda Eloy y Cristina Gioglio, sobrevivientes que fallecieron antes de que les llegue algo de justicia.

El Pozo es uno de los centros clandestinos del circuito Camps

El Pozo es uno de los centros clandestinos del circuito Camps.

Los primeros testimonios que se escucharán en el juicio por los crímenes de Lesa Humanidad cometidos en los centros clandestinos conocidos como el Pozo de Banfield, el Pozo de Quilmes y "El Infierno" serán reproducidos por video. Se trata de las voces de mujeres que sobrevivieron al terror, pero que fallecieron esperando conseguir algo de justicia.

Son Nilda Eloy, Cristina Giglio y Adriana Calvo que declararon hace algunos años en el marco de otros juicios de lesa humanidad, pero hoy ya no están. "Fueron mujeres fundamentales para el proceso de justicia y merecen que su voz se oiga", señaló Guadalupe Godoy, abogada querellante de la Liga Argentina por los Derechos Humanos.

El testimonio de Adriana Calvo es 2006. Lo brindó en el juicio contra Miguel Osvaldo Etchecolatz. La mujer acusa al director de investigaciones de la Policía Bonaerense y otros represores de los tormentos que vivió durante meses. Pasó por la Brigada de Investigaciones de La Plata, por el Pozo de Arana, la Comisaría V de La Plata y el Pozo de Banfield.

Camino al centro clandestino, ubicado en la esquina de Siciliano y Vernet, Adriana parió a su hija Teresa, mientras era trasladada en un patrullero con una venda en los ojos y las manos atadas detrás de la espalda. Durante el resto del viaje suplicó que le alcanzaran a la nena que se había caído entre los asientos, y los represores no lo hicieron.

Cuando llegó a Banfield, un médico se metió en el auto y cortó el cordón que la unía con su beba. Se supone que era Jorge Bergés, partero del Circuito Camps. A Adriana la subieron a una sala de azulejos blancos y, entre gritos, le trajeron un balde para limpiar su propia placenta. Sólo después le devolvieron a su hija.

Esos y otros crudos relatos se escucharán en la sala de audiencias del Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata. Después llegará el turno de las declaraciones de los que viven en el extranjero, como estaba previsto. Más de 470 testimonios se estima que habrá en un juicio que podría extenderse como mínimo hasta finales de 2021.

A partir de ahí se escuchará a Miguel Etchecolatz y a otros 17 represores. Deberán dar cuenta por las torturas, homicidios, abusos sexuales y el ocultamiento de menores cometieron contra casi 500 víctimas alojadas, durante la última dictadura, en los centros clandestinos conocidos como Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y El Infierno.

El TOF, integrado por Walter Venditti, Esteban Rodríguez Eggers y Ricardo Basilico, indagará al ex ministro de Gobierno bonaerense durante la dictadura, Jaime Smart; al exdirector de Investigaciones de la Policía bonaerense, Miguel Etchecolatz; al exmédico policial Jorge Antonio Berges; y a Federico Minicucci; Carlos Maria Romero Pavón, Roberto Balmaceda; Jorge Di Pasquale; Guillermo Domínguez Matheu y Ricardo Fernández.

También se prevé que se tome indagatoria a los represores Carlos Fontana; Emilio Herrero Anzorena; Carlos Hidalgo Garzón; Antonio Simón; Enrique Barré; Eduardo Samuel de Lío y Alberto Condiotti.

Más de 470 testimonios se estima que habrá en un juicio que podría extenderse como mínimo hasta finales de 2021.

A se le atribuyó a Etchecolatz "en su carácter de Director de la Dirección General de Investigaciones, haber formado parte de un aparato organizado de poder que sustrajo, retuvo y ocultó a los siguientes niños y niñas menores de diez años: María José Lavalle Lemos y Martín Ogando Montesano, quienes permanecieron detenidos ilegalmente" en el Pozo de Banfield, según consta en la requisitoria de elevación a juicio.

También se le imputó el homicidio calificado por haberse cometido con alevosía y con el concurso premeditado de dos o más personas, en perjuicio de 5 personas; y el abuso sexual con acceso carnal haciendo uso de fuerza e intimidación agravado por resultar un grave daño en la salud de la víctima y por cometerse con el concurso de dos o más personas, en perjuicio de Nélida Ester Lastreto y Valeria del Mar Ramírez, la primera trans querellante en este juicio.

Por su actuación en el Pozo de Quilmes, Etchecolatz deberá responder por los delitos de privación ilegal de la libertad (agravados) en 93 casos.

La requisitoria de elevación a juicio por lo ocurrido en ambos Pozos y en El Infierno imputa al represor "delitos contra el Derecho de Gentes, en particular como Crimen de Genocidio y delitos de Lesa Humanidad de manera concurrente o alternativamente".

El juicio unificado por los tres centros comenzó el 27 de octubre último y en esa primera audiencia, donde el ministerio público estuvo representado por los fiscales Hernán Schapiro y Juan Martín Nogueira, se leyeron las requisitorias de elevación a juicio y se caracterizaron cómo funcionaron los tres centros.

En el Pozo de Banfield y el de Quilmes, dos de los centros clandestinos de detención más grandes que funcionaron en la provincia de Buenos Aires, se investigan los delitos sufridos por 429 víctimas y se prevé que declaren unos 400 testigos.

En dichos centros estuvieron cautivos los estudiantes platenses secuestrados en septiembre de 1976 en La Plata, en un hecho conocido como La Noche de los Lápices.

Además en el Pozo de Banfield funcionó una "maternidad clandestina" por lo que también se juzga la sustracción, retención y ocultamiento de al menos 7 menores que estuvieron detenidos ilegalmente en ese lugar.

Con respecto a El Infierno que funcionó en la Brigada de Investigaciones de Lanús, ubicada el partido de Avellaneda, se juzgan delitos cometidos en perjuicio de 62 personas que fueron ilegalmente privadas de su libertad y sometidas a diversos tormentos y vejaciones y se juzga el homicidio de Luis Adolfo Jaramillo.