Cumple 80 años el vecino de Villa Galicia que donaba pan y facturas

De Italia a Lomas. Francisco Zappa es reconocido por muchas personas de la zona por su virtud de dar sin mirar a quien. En el día de su nacimiento le rinden homenaje.

Una historia cargada de trabajo, solidaridad y lucha incansable refleja la vida de Francisco Zappa, el vecino de Villa Galicia que hoy cumple 80 años en un contexto difícil, de encierro y cuidados extremos, producto de la pandemia del Covid. Pero eso no limita las ganas de homenajearlo de su hija y su esposa que lo acompaña hace 51 años.

Gabriela Zappa es la hija de Francisco y es quien quiso sorprender a su papá a través de los mensajes de tantos vecinos que lo recuerdan paseando por el barrio desde que era muy joven. "Papá nació en Italia, pero se siente más argentino que italiano. Llegó a Lomas cuando tenía apenas 14 años y desde ese entonces trabajó incansablemente para colaborar con su familia".

Los padres y los hermanos de Francisco desembarcaron primero en Banfield y después se mudaron a Villa Galicia. "Estaba lleno de liebres y árboles salvajes, pájaros y una capilla incipiente de madera: Nuestra Señora de Lourdes", recuerda sobre esa época donde el barrio esta desierto de casas.

Tornero de oficio, Francisco trabajó en una fábrica de Llavallol durante 40 años hasta que se jubiló. Llegó a tener hasta tres trabajos para poder mantener a su familia.

RECONOCIDO POR EL PAN DE CADA DÍA

La mamá de Francisco comenzó a amasar pan para poder sobrevivir cuando recién llegaron de Italia y con el tiempo ese trabajo se convirtió en una panadería y confitería a la que llamaron "La Regina".

"Trabajaban con un horno de leña, pero cuando llegó el gas natural fue hasta el intendente para la inauguración de la primera horneada", recordó la hija del vecino que además de su labor en la tornería también se dedicaba a repartir pan y a entregar donaciones a las personas del barrio que lo necesitaban.

"La labor social comenzó con mi abuela y mi papá la sucedió con mucho orgullo. A los niños le regalaba facturas y a los grandes el pan", contó Gabriela.

En 'pocas difíciles, los vecinos hacían cola en la puerta de la panadería para llevarse el pan del día anterior. "La pobreza de su pasado siempre generó en él ese 'dar y brindarse' hasta que llegó la pandemia que fue lo único que logró detenerlo", contó la hija.

Francisco ya jubilado y con 79 años seguía saliendo a la calle para repartir el pan y obsequiar a quienes más lo necesitaban. Hasta los perros del barrio y las palomas lo reconocían porque él se encargaba de que nadie se quede sin el pan.

Gabriela Zappa escribió estás palabras para su papá en un cumpleaños atípico como el de hoy: "Ahora espera con ansias volver a reencontrarse con sus vecinos, quienes lo esperan por el pan y su sonrisa siempre presente. Fanático de Banfield, de la música y el baile. Buen padre, buen esposo, buen vecino y excelente persona en general, lleno de valores y con ganas de vivir a pesar de la vida difícil que le tocó: una guerra, la pobreza y la partida prematura de una hija, además de los años de lucha para vivir dignamente darnos lo mejor".

"El verde" como le dicen en el barrio por su fanatismo por Banfield, "el abuelo pan" como lo llaman sus nietos, así es Francisco que hoy se sigue cuidando porque pertenece al grupo de riesgo, pero espero con ansias espera volver a salir y llevar esa alegría al su amado Villa Galicia.

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