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"El juicio sacará a los chicos de ese pozo donde fueron asesinados"

DERECHOS HUMANOS. Marta Ungaro habló sobre las "sensaciones encontradas" que le genera el inicio del juicio por los delitos cometidos en los Pozos de Banfield y Quilmes, y recordó a su hermano: Horacio.

A dos días del inicio del juicio por los delitos de lesa humanidad cometidos en los pozos de Banfield y de Quilmes, Marta Ungaro, hermana de Horacio, uno de los estudiantes secuestrados y asesinados durante La Noche de los Lápices, aseguró que el proceso judicial demorado durante décadas "sacará a los chicos de ese pozo donde fueron asesinados".

El debate comenzará este martes, a las 10 de la mañana, en el Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata. La primera audiencia estará marcada por la lectura de los autos de elevación a juicio contra 19 represores por su participación en alrededor de 427 casos de secuestros, torturas, asesinatos, abusos sexuales y apropiación de bebés.

Esto, se estima, podría demandará una o más jornadas.

En el banquillo se sentarán el genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz; Jaime Lamont Smart, quien fuera ministro del Gobierno de facto de la provincia de Buenos Aires durante la dictadura; el ex comisario Juan Miguel Wolk, que espera el debate preso en su casa de Mar del Plata, sin condena, y el exmédico policial Jorge Berges, entre otros.

Marta Ungaro admite que tiene "sensaciones encontradas" por el inicio del juicio. "No lo puedo creer", reconoce. "A 44 años, una siente la lucha entre la impunidad y la justicia... 44 años es mucho, mucho tiempo", desliza.

Sin embargo, hay algo en medio de todo esto que la empuja: Wolk, "responsable del Pozo, que se hizo pasar por muerto casi 30 años, tendrá que responder por los crímenes del Pozo y por los niños nacidos en cautiverio, en la maternidad que funcionaba en el primer piso.

Wolk, responsable del Pozo, tendrá que responder por los crímenes del Pozo y por los niños nacidos en cautiverio, en la maternidad que funcionaba en el primer piso.

Ahí nació, por ejemplo, Martín Ogando, el nieto recuperado número 118. Y tantos otros de los que aún nada se sabe. "Wolk tendrá que rendir cuentas sobre la cantidad de chicos que estamos buscando, como el hermano de Clara Petrakos, como el hijo de Gabriela Carriquiriborde", dice.

"De Etchecolatz no espero nada, solo que sus últimos días de vida los pase en cárcel común, perpetua y efectiva. Y Wolk, si tuviera un mínimo de sensibilidad, diría dónde están los cuerpos de los chicos que nunca los hemos encontrado y diría dónde está cada uno de los nietos", se entusiasma.

AQUELLA NOCHE TRÁGICA

Marta recuerda que en el Pozo de Banfield "fueron asesinados los chicos de la Noche de los Lápices", y que "Wolk está sindicado como el que asesinó a los chicos en enero de 1977".

La noche del 16 de septiembre de 1976 un grupo comando compuesto por hombres de la Policía de Buenos Aires secuestró a Horacio Ungaro junto a un amigo que se había quedado a dormir en su casa: Daniel Racero. Esa misma noche fueron capturados Claudio De Acha, Clara Ciocchini, María Claudia Falcone y Francisco López Muntaner.

En tanto el 17 de septiembre los represores apresaron a Emilce Moler y Patricia Miranda, y cuatro días después a Pablo Díaz. Con el tiempo se supo que una semana antes habían secuestrado al estudiante Gustavo Calotti.

Todos fueron conducidos al centro clandestino de detención "Arana", donde se los torturó durante semanas, y luego se los trasladó al Pozo de Banfield. Moler, Díaz, Miranda y Calotti recuperaron la libertad, los seis restantes aún hoy permanecen desaparecidos.

EL RECUERDO DE SU HERMANO

Marta recuerda que en aquel entonces su hermano tenía 17 años. "Estaba terminando la escuela secundaria y quería estudiar Medicina. Estaba desde chico en el Club Estudiantes de La Plata y era muy comprometido con lo social, tenía la sensibilidad de la militancia de buscar un mundo mejor", dice con la mirada perdida en el horizonte como recordándolo.

"Era extremadamente lector, tal es así que antes que lo detuvieran tiró su libro de cabecera, que era un manual de Filosofía y el Diario del Che, por la ventana del 5to piso", apunta y agrega con admiración: "¡Qué fuerza que tuvo que tener para, mientras escuchaba que entraban para detenerlo, no querer que le agarraran los libros! Hasta hoy conservo el Manual de Filosofìa rusa que no pude nunca terminar de leer".

Marta confía que a su hermano siempre lo recuerda vivo. "Veo además a Horacio cada vez que los jóvenes marchan y levantan la bandera de lucha por un mundo mejor, por educación, por conectividad, por mejores salarios; yo lo veo ahí, veo ahí la semillita de ellos (los estudiantes secuestrados en 1976 por reclamar el boleto estudiantil)", señala.

"Mi primer hijo se llama Horacio. Mi nieto chiquito también se llama Horacio, es decir los Horacio siguen en el círculo de la historia de esta familia", dice Marta y cuenta que una de sus nietas "es extremadamente activa, está en Nietes (una organización que empezó en las redes y ya tiene presencia en el territorio) y veo que la posta de la lucha la están tomando ellos (los jóvenes de Nietes), que los lápices los empuñan ellos y escriben ellos".

La mujer cree que el juicio "mostrará a las generaciones que vienen la lucha contra la impunidad de los familiares (de las víctimas): tuvimos que aportar las pruebas, pedimos primero los denominados Juicios por la Verdad, después los juicios penales y llevamos ya 22 años transitando en tribunales".

"Esperamos llegar a tener un poco de justicia, aunque no repara 44 años", reflexionó y lamentó que debido a la pandemia el juicio se realice por videoconferencia y "no se podrá estar presente, ni sentir los abrazos de los compañeros, pero la memoria activa de los chicos nos acompaña".

Marta siente que con el juicio "vamos a sacarlos definitivamente del Pozo de Banfield, donde el genocidio y el terrorismo de Estado los encerró y asesinó" y remarcó que "sin justicia, ellos, los chicos de la Noche de los Lápices, todavía están allí en el Pozo de Banfield".