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Volvió Pequeños Gigantes con una merienda para más de 60 chicos 

LUEGO DE TRES MESES. La idea del merendero era arrancar en febrero, pero gracias a donaciones pudieron abrir antes. La emoción de regresar al trabajo fue total.

Las facturas hicieron posible la reapertura del merendero

Las facturas hicieron posible la reapertura del merendero.

Ya es una realidad. Después de más de tres meses sin trabajo solidario, el merendero Pequeños Gigantes de Santa Catalina volvió a abrir sus puertas, incluso antes de lo pensado, y el pasado jueves le entregaron la merienda a más de 60 chicos y chicas del barrio.

Cecilia Ayala, integrante de la institución (y compañera de su hermana Gabriela, la referente de Pequeños Gigantes) contó que la sorpresa fue total para todos, tanto para los propios voluntarios a cargo del merendero como para los niños, quienes no podían creer que las puertas volvían a estar abiertas con la entrega de jugo y facturas.

"Recibimos las donaciones y con las chicas decidimos hacer la primera entrega. Abrimos el jueves a la tarde para dar la merienda e, inmediatamente, los chicos empezaron a aparecer de todos lados, muy contentos", relató Cecilia sobre lo que fue una jornada con mucha alegría, pero sobre todo con gran emoción: el merendero había tenido que cerrar por distintos inconvenientes en la primera quincena de octubre, pero el amor por los más necesitados fue más fuerte y una arista fundamental para el retorno.

Recibimos las donaciones y con las chicas decidimos hacer la primera entrega. Abrimos el jueves a la tarde para dar la merienda e, inmediatamente, los chicos empezaron a aparecer de todos lados, muy contentos.

"Estamos sumamente agradecidos por las donaciones y el próximo martes a las 17 haremos una nueva merienda, la idea es hacerla todos los martes y jueves", adelantó Ayala, que también explicó que su idea es ir abriendo de a poco "para que los mismos chicos hagan correr la voz de que volvimos a trabajar".

El mayor regalo que se llevaron las voluntarias de una jornada inolvidable fue, sin dudas, las caritas de los niños: las sonrisas en los rostros fue la manera de agradecerles a Cecilia, Gabriela y todo el equipo por el enorme esfuerzo y por no bajar los brazos a pesar de las adversidades.

El mayor regalo que se llevaron las voluntarias de una jornada inolvidable fue, sin dudas, las caritas de los niños: las sonrisas en los rostros fue la manera de agradecerles a Cecilia, Gabriela y todo el equipo por el enorme esfuerzo.

Para seguir activos, Pequeños Gigantes necesitará de la ayuda de todos los corazones solidarios precisarán donaciones como leche, cacao, infusiones, galletitas, harina y azúcar para las meriendas. Los vecinos que quieran ser parte pueden contactarse con Cecilia al 1155884812 o bien acercar las donaciones a la sede de la institución, situada en Padre Mujica entre Soldado Benítez y Zelarrayán.