"Felicidades", una mirada ácida del otro lado de la Navidad

Mundos personales. Lejos de las películas hollywoodenses, las escenas cuentan una serie de pequeñas historias en una sofocante y húmeda Nochebuena. 

Por estos días la televisión se puebla de un sinnúmero de películas y series navideñas que provienen en especial de la imparable maquinaria hollywoodense. 

Por lo general, todo es paz y amor y se multiplican los lugares comunes con la llegada de Santa Claus, los regalos, los encuentros familiares, las nevadas propias del hemisferio norte en estos días y otras yerbas. 

"Felicidades", lejos de todo esto, es una notable película antinavideña. Ojo que el film no condena estas celebraciones ni tampoco le apunta a los lugares comunes de la Navidad y de las Fiestas, solo cuenta el otro lado de estas celebraciones. 

La película se estrenó en 2000 bajo la lente del fallecido Lucho Bender y fue seleccionada para representar a Argentina en los premios Óscar. Obtuvo el Premio Cóndor a la mejor ópera prima y a la revelación masculina por Alfredo Casero. 

El elenco contó con grandes figuras, como Gastón Pauls, Pablo Cedrón, Luis Machín, Silke, Carlos Belloso, Alfredo Casero, Marcelo Mazzarello, Gabriel Almirón, Cacho Castaña y Jorge Román, entre otros. 

Todo Transcurre en la víspera de Navidad, en una noche calurosa, sofocante y húmeda. Se relatan pequeñas historias que se entrelazan y que involucran a decenas de personajes que confluyen en la celebración de Nochebuena.

Sin ningún mensaje cuestionador, cuenta cómo una fecha que debería sacar lo mejor de la gente más bien termina produciendo el efecto contrario con una trama que es una antítesis de los clásicos navideños norteamericanos.

En el film, hay un escritor famoso que no es feliz y que decide viajar al encuentro de su amada; se suma un médico que quiere tener un romance con una bonita española que conoce en la calle, y aparecer un odontólogo obsesionado por encontrar el juguete que su pequeño hijo quiere de regalo. 

También se produce un particular allanamiento al departamento donde moraba un ladronzuelo con un policía corrupto y con un vecino entrometido que quiere sacar ventaja de la situación. 

Con encuentros de desencuentros, con un nacimiento y una muerte, se cuenta una ácida visión sobre la otra cara de la Navidad, donde la clase media insiste en sostener una celebración que perdió su naturaleza haya lejos y hace tiempo. 

Todos la festejan, pero se centra en los que quedan fuera: los protagonistas, que transitan en un mundo al revés, un mundo en el que irónicamente los justicieros se vuelven delincuentes y los nobles, miserables.

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