Para Ringo Starr

mundos personales. Se cumplen seis décadas del ingreso del notable baterista a Los Beatles, tras tomar el lugar de Pete Best. 

Hace 60 años, el 18 de agosto de 1962, Ringo Starr ingresa a Los Beatles para completar la formación más recordada de los Fab Four. Este ingreso se produjo un par de días después de que el grupo se deshiciera de Pete Best, el primer baterista de la banda. 

A 60 años de aquel hecho sigue habiendo un grupo de habitantes de la Tierra que insisten caprichosamente en menospreciar a Ringo y hasta comentan el sacrilegio de mofarse de su figura. Si, son esos que para denostar a alguien porque ocupa un rol de escasa relevancia en algún ámbito lo acusan de ser "El Ringo Starr de Los Beatles".

Ese agravio sabe en realidad a un elogio, porque esos chicos de Liverpool fueron sólo cuatro y Ringo es uno de los dos que nos quedan y que respira el mismo aire que nosotros.

Naturalmente que al lado de las inmensas figuras de John y de Paul cualquier mortal pierde protagonismo, incluso hasta el enorme talento de George. Pero Ringo tuvo en aquellos días, y sigue teniendo, una legión de admiradores y no fue sólo la mascota simpática de los Fab Four. 

Además de ser un baterista sabio, potente y con matices, es un buen cantante y tiene un carisma innato a partir de su imborrable sonrisa.

Incluso la propia viuda de Lennon, Yoko Ono, sorprendió con sus recientes declaraciones a la revista Roling Stone sobre la personalidad de Ringo. "John podía tener sus subidas y bajadas y todo eso, pero Ringo mantenía siempre un talante muy amable. Y además siempre creyó en la paz y el amor. Es probable que a la gente le parezca increíble, pero él fue el más influyente de los cuatro", disparó.

La última frase de la artista nipona dejará boquiabierto a más de uno, principalmente a los detractores de Ringo, el músico, que al reemplazar en los platillos y tambores al mediocre Pete Best, terminó de moldear el sonido del grupo de Liverpool.

Mientras tanto, y con joviales 82 pirulos, lleva publicados 18 discos como solista y no para de recorrer el globo capitaneado a la All-Starr Band, la formación con la que arribó a Argentina hace unos años. 

Mientras un grupúsculo lo denosta, somos millones y millones los que admiramos devotamente a Ringo, incluyendo a Marge Simpson, claro.

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