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Pozo de Banfield: el fuerte relato de un nieto recuperado

Audiencia. Carlos D'Elía Casco nació en cautiverio y fue apropiado durante la dictadura. Este martes declaró en el juicio de Lesa Humanidad.

Siguen los testimonios sobre bebés nacidos y apropiados en el Pozo de Banfield

Siguen los testimonios sobre bebés nacidos y apropiados en el Pozo de Banfield.

Carlos D'Elía Casco nació en el Pozo de Banfield, fue apropiado por una pareja y es uno de los nietos recuperados por Abuelas de Plaza de Mayo. Este martes declaró en el juicio por los crímenes de Lesa Humanidad cometidos en el centro clandestino durante la dictadura cívico-militar. 

"Mi partida de nacimiento está firmada por el médico Jorge Antonio Bergés, que además participaba de las sesiones de tortura. Cuando nací en Pozo de Banfield, donde estuvo mi mamá, les avisaron a Carlos De Luccía y Marta Leiro (sus apropiadores) que fueran hasta allí y el mismo Bergés me entregó envuelto en papel de diario y con rastros de sangre", expresó Carlos ante el Tribunal Oral Federal N°1 de La Plata.

Sus verdaderos padres eran Yolanda Casco y Julio D'Elía, dos militantes uruguayos que se mudaron a Argentina por la persecución que sufrían en su país. En la madrugada del 22 de diciembre de 1977, cuando fueron secuestrados en su domicilio de San Fernando, Yolanda estaba embarazada de ocho meses y medio. La pareja estuvo detenida en el Pozo de Banfield y en el de Quilmes.

"Desconozco cuál fue el destino final de mi papá y mi mamá, y aún hoy seguimos buscando saber qué pasó con nuestros familiares desaparecidos. El testimonio de los sobrevivientes, que compartieron cautiverio con mis padres, ha sido fundamental para que podamos conocer ciertos detalles: aquel día, mis abuelos paternos Julio y René llegaron a Buenos Aires para pasar las fiestas y esperar mi nacimiento. Tenían la llave del edificio y allí son recibidos por seis personas armadas identificadas con un brazalete, tres con tonada uruguaya", relató Carlos.

Y agregó: "Mis padres ya habían sido secuestrados y tuvieron a mis abuelos retenidos en el departamento donde estaba todo saqueado, desmantelado y hasta la ropa que habían preparado para mí se la habían llevado. Esas personas incluso estaban comiendo la comida que habían preparado mis padres para recibir a mis abuelos, que fueron obligados a dejar la Argentina bajo amenaza".

Su familia biológica recorrió juzgados, embajadas, oficinas de organismos internacionales tanto en Argentina como Uruguay, casas cuna, iglesias y hospitales buscando cualquier información sobre Carlos y sus padres. "En 1995, a los 17 años, conocí mi verdadera identidad. El primer encuentro con mi familia fue en el despacho del juez y los siguientes en la casa del asesor de menores que fueron mucho más amenos y relajados. Hoy seguimos teniendo una relación fantástica con mi familia e incluso la tienen mis hijas", destacó D'Elía Casco, quien brindó su testimonio de manera presencial.

Abuelas de Plaza de Mayo lo localizó gracias a una partida de nacimiento firmada por el médico policial Bergés. En 1994, la justicia lo convocó a realizarse los análisis genéticos que confirmaron que era hijo de Yolanda y Julio. "Lo primero que hice fue acercarme a Abuelas y liberarme de los prejuicios. Tuve una charla con Estela de Carlotto y me dieron cosas que fueron muy útiles pero lo más importante es que me orientaron y eso me llevó a recorrer un camino que hoy me hace estar sentado acá, pero fue un largo proceso", indicó Carlos.

Durante las últimas semanas, el juicio tuvo diferentes testimonios que dejaron más evidencias sobre el funcionamiento del sistema de coordinación represiva entre los países del Cono Sur conocido como el Plan Cóndor y los vínculos de represores argentinos y uruguayos en la dictadura. Una de las querellas le solicitó al Tribunal N°1 de La Plata que libre oficio al gobierno de Uruguay para que aporte la información que posea sobre personas uruguayas secuestradas y desaparecidas en Argentina.