Bon Ami y Tívoli, los boliches del corazón de Banfield que hicieron bailar a los lomenses

emblemas. José Scarpino, hijo y sobrino de los creadores, contó como surgieron las discos. "Las primeras 30 chicas entraban gratis, había sábados que a las 17 o 18 ya había fila", recuerda.

Fueron catalogados como dos de los boliches más emblemáticos de Banfield: Bon Ami y Tívoli hicieron bailar a miles de lomenses en las décadas del '70 y '80 y fue José Scarpino, hijo y sobrino de los creadores, quien trajo a la actualidad muchos detalles y recuerdos de lo que eran aquellas noches de música y diversión en Lomas.

LOS INICIOS DE BON AMI

"Bon Ami nació el 9 de abril de 1970. Primeramente, iba a ser un depósito para bananas, pero luego un amigo de mi papá le insistió en que podría ser un salón de fiestas para eventos y, como empezó a funcionar, comenzaron a sumarle los bailes", empezó a contar José Scarpino hijo de Vicente y sobrino de Roque y Luis, los creadores de aquel lugar emblemático que supo brillar en Banfield, más precisamente en Medrano 447.

"De aquel boliche me acuerdo de todo. Si bien era muy chico cuando se inauguró, puedo decir que nací y me crié en Bon Ami", sentenció Scarpino. El boliche estaba ambientado y apuntado hacia un público adulto y no tanto para el más joven. "Esto fue así hasta 1982, cuando mi papá y mis tíos abrieron el otro boliche, Tívoli, que estaba ubicado en Medrano y Belgrano y que funcionó hasta agosto de 1996. A partir de ahí, Bon Ami pasó a ser una discoteca para los más jóvenes y Tívoli quedó para los adultos", explicó.

"La mayoría de las chicas iban a bailar acompañadas de sus madres, que se concentraban en la famosa pista de los murales o pista azul hasta el cierre del baile, cerca de las 3.30. Las primeras 30 chicas entraban gratis, entonces había sábados que a las 17 o 18 ya había fila, cuando las puertas recién abrían a las 22", contó Scarpino, con una memoria envidiable, e inmediatamente resaltó que "Bon Ami era un furor, todos querían ir a bailar ahí".

La mayoría de las chicas iban a bailar acompañadas de sus madres, que se concentraban en la famosa pista de los murales o pista azul hasta el cierre del baile, cerca de las 3.30. Las primeras 30 chicas entraban gratis, entonces había sábados que a las 17 o 18 ya había fila, cuando las puertas recién abrían a las 22.

Pelo corto y bien vestidos era el look que se le pedía a los hombres para poder ingresar, que eran revisados rigurosamente en la entrada del boliche. Además, existían los famosos "cuida pista", quienes se aseguraban de que la noche transcurra tranquila y sin inconvenientes.

La barra contaba con algunos tragos como el famoso Destornillador o el Whisky con cola. "También teníamos a disposición mozos para las personas que estaban en las mesas", rememoró José.

Scarpino admitió que se formaron muchas parejas en Bon Ami e incluso algunas de ellas se han casado en el lugar donde se conocieron. Además, grandes artistas han pasado por las pistas de Bon Ami, como Sergio Denis o La Joven Guardia. "Son gratos recuerdos que atesoro", admitió.

Llegamos a meter cerca de 2.800 personas en una sola noche y sin ningún inconveniente, todo era más sano.

Lo cierto es que Bon Ami fue tan exitoso en Banfield que, para fechas particulares como aniversarios o jornadas de carnaval, las tres pistas de la planta baja y la de la planta alta se llenaban de vecinos de distintas partes del Conurbano y hasta de Capital Federal. "Llegamos a meter cerca de 2.800 personas en una sola noche y sin ningún inconveniente, todo era más sano", dijo Scarpino.

EL AUGE DE TÍVOLI COMO DESPRENDIMIENTO

Debido al furor de Bon Ami es que el padre y los tíos de José decidieron abrir Tívoli, en 1982. "Marcó una época, era el boliche de elegancia del momento. Fue diseñado por un especialista de Estados Unidos, la musicalización y la iluminación que había no lo tenía casi nadie", acotó sobre el espacio que también tenía requisitos en la vestimenta para poder ingresar.

Pese a que las puertas también abrían a las 22, la mayoría del público se acercaba alrededor de la 1 de la madrugada y la jornada siempre se extendía hasta pasadas las 6.

A Bon Ami lo cerré yo en septiembre de 1990, porque en ese momento yo estaba de encargado, ya que mi papá y mis tíos se fueron a Tívoli. Había mucha más competencia y bajó la cantidad de público, mi papá me dijo que lo mejor era ponerle un punto final porque ya había cumplido su ciclo.

"A Bon Ami lo cerré yo en septiembre de 1990, porque en ese momento yo estaba de encargado, ya que mi papá y mis tíos se fueron a Tívoli. Había mucha más competencia y bajó la cantidad de público, mi papá me dijo que lo mejor era ponerle un punto final porque ya había cumplido su ciclo", admitió.

Cabe destacar que actualmente funciona Bon Ami Radio de manera online, la cual es manejada por quienes eran los encargados de pasar música en el emblemático boliche, los mellizos Nicolás y Jorge. "Estamos organizando para ver si en abril, que sería el aniversario, podemos hacer una fiesta de reencuentro", cerró Scarpino, con la idea latente de una posible vuelta.

Temas Relacionados