Jorge Pizano arma la "Summer Night Party 80s & 90s"

va de retro. El Disc Jockey lomense presenta en El Padilla de Temperley una "Cena Music" con hits del disco y el funk y del rock nacional e internacional. 

Jorge Pizano, un lomense con más de cuatro décadas como Disc Jockey, anima en El Padilla de Temperley la "Summer Night Party 80s & 90s" en una suerte de "Cena Music". 

El encuentro iba a realizarse este viernes y por las condiciones sanitarias se pospuso para los meses venideros. 

"Me encanta la música de los '80 y los '90. Dicen que uno lleva en el corazón la música de cuando era joven, de cuando fue feliz. Por eso hago estas fiestas", le cuenta a La Unión. 

Jorge arremete con "tandas de hits para mover un poco la cabeza" de disco, funk, rock internacional y rock argentino, entre otros géneros, en encuentros donde hay distintas generaciones. 

"La mayoría tienen arriba de 30 y de 40 años, pero vienen muchos pibes que se caen de culo cuando ven los discos que tengo", dispara. 

Estos encuentros habían comenzado en 2019 y frenaron por la pandemia, mientras que ahora están volviendo al ruedo y con el aporte clave de Mónica Oundjián como la RRPP de cada velada. 

Este viernes también serán de la partida los DJ's invitados Richard de Sábato y José Naveiro Vigo. 

TODO EMPEZÓ EN UN ASALTO 

Jorge tiene 58 pirulos y 42 años de Disc Jockey y esta profesión nació en Temperley en los "asaltos" que se hacían en su casa o en las de sus amigos. 

"Empecé el 7 de enero de 1980, a los 16 años, en mi casa de Temperley, en los famosos asaltos. Los bailes se hacían en las casas porque no te dejaban entrar a las discotecas porque éramos chicos", recuerda. 

Luego de ese debut hogareño, le llegó rápidamente el debut en Primera, casi sin escalas de por medio. 

"Se ve que alguien me escuchó y terminé pasando música en el Hotel Alvear en el 81. Todo genial hasta que en el 82 me tocó la colimba. Fui a Río Gallegos y durante la Guerra de Malvinas estuve en el continente", apunta. 

Durante las "vacaciones" que tuvo como soldado durante el Servicio Militar Obligatorio conoció el boliche Le Paradis, en Temperley. "Era una gran discoteca, me caí de culo. Después de la colimba me enfoque en la música y empecé a pasar música en el circuito que había armado en la Avenida Meeks, con Le Paradis, Skaker y en fiestas de colegios", señala. 

Su derrotero también lo llevó al Salón Goes, ubicado arriba de la Galería Homónima ubicada en Gorriti y España, en Lomas, y por Juanito, y otros locales de la región. 

Desde aquellos días, no detuvo su marcha y estuvo detrás de las bandejas en boliches de la región y de Capital, como en New York City. 

Jorge en sus cuatro décadas en su oficio acopió "miles de discos" y en sus comienzos no era nada sencillo conseguirlos. 

"Había algunos piratas que zafaban, pero los originales los compraba en Fonola Récords, en la Galería Gallardón. Era la disquería de punta, de los hermanos Guillermo y Andrés Saponara que traían todo de la movida disco y funky", recuerda. 

Otras de las disquerías de era de Free Live y también se podían encontrar un material valioso en un local dentro de una desaparecida cadena. "En el Casa Tía de Lomas estaba la disquería El Fonógrafo, donde la gente, vendía, compraba y canjeaba discos usados", acota. 

A pesar de haber pasado todo tipo de música, tiene sus estilos preferidos y son los que lleva a las fiestas que sigue organizando. 

"Lo que más me gusta es el disco, el funk, el new romatic y el rock inglés, que también se metió en las discotecas. Antes la joda era con el rock argentino, después se metió la cumbia. Ahora pasan a L-Gante, lo respetó, pero es una música con la que no comulgo", cierra. 

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