La transformación de Laprida: de debates y festejos a llenarse de comercios

DE PUÑO Y LETRA. Fue sede de la primera Fiesta de la Primavera en Argentina. En ese momento no era peatonal, por allí pasaba un tranvía que salía desde Retiro. 

Se nos va el año nomás. Pasó la Navidad y estamos a días del 2022. La semana pasada, en el medio de la clásica locura de fin de año, a muchos nos tocó salir a conseguir algunos regalos para el arbolito. 

El centro de Lomas de Zamora fue un mundo de gente. Pasa todos los diciembres: los días previos a Nochebuena, los comercios se llenan de vecinos en busca de alguna oferta interesante. El miércoles, además, estuvo la Noche de los Comercios, con muchísimos locales abriendo en horario extendido hasta la pasada la medianoche, además de descuentos y promociones. 

Las Lomitas fue uno de los epicentros de las compras. El otro, la vieja y querida Francisco Narciso de Laprida, que siempre marca el pulso de las compras en nuestro partido.  

Laprida es, indudablemente, el corazón de la actividad comercial en la zona y uno de los sellos distintivos de nuestro municipio. A muchos vecinos de otros partidos, de hecho, les basta citar a Laprida para demostrar que conocen Lomas. Pasó siempre: desde los inicios del distrito, la peatonal que lleva su nombre en homenaje al prócer que en julio de 1916 presidía el Congreso de Tucumán ya se destacaba por su ritmo agitado.  

Laprida es, indudablemente, el corazón de la actividad comercial en la zona y uno de los sellos distintivos de nuestro municipio.

A principios del siglo pasado, la fisonomía de Laprida era muy distinta. Las veredas, de hecho estaban llenas de árboles y por el medio no caminaban personas, sino que andaba un tranvía que salía desde Retiro. El mismo entraba por Alem, doblando donde hoy está el Banco Nación. Continuaba su recorrido hasta Meeks y por allí seguía hacia Temperley, donde terminaba el recorrido.  

Fue en esa vieja Laprida del recuerdo donde se hizo la primera Fiesta de la Primavera en Argentina. También allí se disputaron cientos de debates entre dirigentes políticos locales ante la elección de turno. Los vecinos usaron a Laprida para protestar, aunque también para festejar. Por ejemplo, allí se hicieron los primeros desfiles de los Reyes Magos y los corsos de Carnaval.  

Nuestra calle, que hoy nace en la estación y llega hasta Camino Negro, se fue transformando en el punto de encuentro obligado para jóvenes y familias los domingos a la tarde. Por eso, con el correr de los años, Laprida se fue armando inevitablemente como un centro comercial y se transformó en una renovada peatonal. Aunque mucha de la vida comercial nocturna corra unas cuadras más al sur, en Las Lomitas, en Laprida y alrededores todavía abundan las galerías y suena fuerte la música de los negocios, que le ponen el ritmo a las compras. 

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