La historia detrás de la óptica más antigua que se mantiene en actividad en Lomas

UN EMBLEMA. Óptica Niccolini está ubicada en Boedo y actualmente es atendida por Carlos, nieto del fundador: "Con tres días de vida mi papá me traía al local".

Carlos es la tercera generación a cargo de la óptica

Carlos es la tercera generación a cargo de la óptica.

Es pura historia en Lomas y por su local pasaron miles de vecinos en búsqueda de la mejor recomendación para lentes y anteojos. La óptica Niccolini, situada en Boedo 308, nació el 26 de agosto de 1956 y actualmente es atendida por Carlos Niccolini (40), la tercera generación de la familia, quien contó los inicios, su estadía en el local con apenas días de vida, el trabajo diario y las comparaciones que le hacen los clientes con su padre.

"La óptica comenzó de la mano de mi abuelo en 1956. Él trabajaba como especialista dentro de la farmacia Americana y después lo despidieron, entonces decidió poner su propio lugar para el rubro", contó Carlos, nieto del fundador y tercera generación de la familia que se dedica a la óptica, la segunda en la historia de Lomas y la más antigua que se mantiene en actividad.

La óptica comenzó de la mano de mi abuelo en 1956. Él trabajaba como especialista dentro de la farmacia Americana y después lo despidieron, entonces decidió poner su propio lugar para el rubro.

"Siempre estuvimos en el mismo lugar. Cuando mi papá tomó la posta no se quiso ir, pero sí hizo reformas para modernizar el espacio y mejorar las comodidades de los clientes. El logo sigue intacto, solamente se le agregó el color", sostuvo.

La historia de vida de Carlos está ligada a la óptica prácticamente desde la cuna. "Nací en Lomas y con tres días de vida mi papá me traía al local, se puede decir que crecí en la óptica", contó, entre risas.

Nací en Lomas y con tres días de vida mi papá me traía al local, se puede decir que crecí en la óptica.

Hoy en día, luego de años, es el que está al frente del local y rápidamente admitió que los clientes lo ven igual a su papá. "Yo no soy óptico, pero le puse el pecho al negocio para seguir con la tradición familiar. Con gente muy capacitada y preparada pudimos salir adelante. Todo el tiempo viene gente que todavía tiene anteojos hechos por mi abuelo o por mi papá y eso es muy emocionante", relató, conmovido.

CONSEJEROS

En cuanto al diseño de los armazones, Carlos explicó que tiene marcos tradicionales porque la gente se los requiere, pero que también apunta a "aggiornar" a los clientes con nuevos modelos más estéticos y satisfacer al público joven con sus pedidos. "Los modelos de hace 30, 40 o 50 años se volvieron a usar. En cuento a los colores, los tonos transparentes son los que más salen", sostuvo Niccolini.

A meses para que comience el verano, Carlos recomendó que aquellos que quieran comprar lentes de sol lo hagan en las ópticas porque estos anteojos cuentan con filtro ultravioleta, a diferencia de lo que se comercializan en la calle, que no lo tienen y es perjudicial para la visión.

"Es un placer ser la tercera generación y estar por más de 60 años en Lomas. Este trabajo lleva mucho sacrificio, pero lo hacemos con la mayor responsabilidad y honestidad posible porque amamos esta labor", concluyó.