A 55 de "La noche de los bastones largos"

mundos personales. El 29 de julio de 1966 se produjo una terrible represión policial y repercutió en una fuga de cerebros. 

Hace 55 años, en aquella noche del 29 de julio de 1966, la represión del gobierno en manos operativas de la Policía Federal, entró con bastones y expulsó a palos a docentes y estudiantes de Exactas y Filosofía y Letras, y produjo un éxodo de profesionales que en muchos casos no se revirtió, en una jornada que se llamó "La noche de los bastones largos".  

El mes anterior, el 28 de junio de 1966, Juan Carlos Onganía había derrocado el gobierno democrático de Arturo Illia dando inicio a la dictadura autodenominada Revolución Argentina

"La noche de los bastones largos" fue marca imborrable de la destrucción de la universidad, la acción que castigó a golpes a decanos, profesores y estudiantes universitarios el desalojo de las facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

El operativo en Exactas, que funcionaba en la porteña calle Perú 222, donde ahora está la Manzana de las Luces, comenzó alrededor de las 23 con la presencia del jefe de la Policía Federal, general Mario Fonseca, quien dirigió el ejercicio del cuerpo de infantería de la fuerza.

Los uniformados ingresaron a la facultad y comenzaron a golpear a todos los que podían aplicarle un palo por la cabeza, o donde sea.

Cuando comenzaron el desalojo de la sede de Exactas, a las autoridades, profesores y estudiantes los esperaba una doble fila de uniformados que se especializaron en pegar con los bastones a todos los que salían, con especial ensañamiento a las mujeres.

El departamento de Biología de Exactas tenía una dependencia en la misma manzana por la calle Moreno, donde los represores ubicaron una tanqueta en la puerta como para que no disparara nadie. Como la sala era pequeña -según la descripción de los testigos- las tropas de la Policía Federal destruyeron todo.

Los cerca de 200 detenidos que se hicieron en Exactas fueron conducidos por cinco celulares policiales a las seccionales porteñas.

La represión de "La noche de los bastones" no se circunscribió a Exactas, también se reprodujo en Filosofía y Letras y en Arquitectura y Urbanismo donde la acción policial tuvo menor envergadura y no hubo detenidos.

La intervención de las ocho universidades nacionales del país se conoció por el decreto ley del dictador Juan Carlos Onganía, que terminó con la autonomía que regía desde la reforma universitaria de 1918.

Las clases en las universidades fueron suspendidas hasta el 16 de agosto, día en que asumió el interventor Luis Botet, frente a lo cual los estudiantes protagonizaron una protesta. El 22 del mismo mes, el gobierno de facto disolvió la Federación Universitaria Argentina (FUA), que motivó una marcha del centro de estudios de ingeniería, La Línea Recta, en la esquina porteña Pueyrredón y Viamonte, donde hubo 83 detenidos.

El 26 de agosto la policía cordobesa disolvió una movilización universitaria y el 7 de septiembre hubo otra concentración en el barrio Clínicas donde cayó herido el estudiante de ingeniería, miembro fundador de la agrupación Franja Morada y delegado de la automotriz IKA, Pampillón, quien murió días después. 

Como resultado de las intervenciones a las ocho universidades nacionales de todo el país, el éxodo de científicos y alumnos adelantados fue fenomenal. Este hecho provocó la mayor fuga de cerebros de la Argentina hacia el resto del mundo.

También hubo renuncias en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y hasta ocurrió que en la Universidad Católica Argentina (UCA) despidieron profesores por haber firmado una solicitada en la que se oponían a la intervención de las universidades nacionales.

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