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A un año del allanamiento, la causa de Seijas está "sin novedades"

UFI 8. Así lo precisó Eduardo Gómez, abogado de la familia del joven, al tiempo que aclaró: "Cuando llegue a juicio, vamos a poder revertir esta situación". 

El joven tenía 17 años cuando ocurrió el hecho

El joven tenía 17 años cuando ocurrió el hecho.

Este domingo se cumplió un año del allanamiento erróneo que tuvo lugar en una vivienda de Centenario en la que se encontraba Ignacio Seijas, quien perdió un ojo por una posta de goma que disparó el policía bonaerense David Antonio Daniel. 

Si bien la causa tomó trascendencia en los primeros meses, "desde el punto de vista procesal no hubo cambios" en el último tiempo: Daniel permanece en libertad mientras se realiza la instrucción. 

"Está en la misma situación y con su libertad abalada por la Cámara - Sala II de la Cámara de Apelaciones de Lomas de Zamora- y el Juzgado de Garantías N° 5. Y las únicas variantes son que Nacho, a raíz de lo que ocurrió, no ha quedado bien", señaló Eduardo Gómez, abogado del particular damnificado, en diálogo con La Unión.  

En este sentido, precisó que el joven "permanece internado en un lugar" en el que esperan "que pueda mejorar su situación". "Lamentablemente, el Estado, más allá de no asumir la responsabilidad de que sus organismos no actúen como corresponde, ha generado un inconveniente en la salud de Nacho", recalcó Gómez.

En enero de este año, la Cámara ratificó el fallo de la jueza de garantías Marisa Salvo que a mediados de 2020 dejó en libertad al policía bonaerense David Antonio Daniel. 

En enero de este año, la Cámara ratificó el fallo de la jueza de garantías Marisa Salvo que a mediados de 2020 dejó en libertad a Daniel. El último día antes del inicio de la feria judicial, rechazó los pedidos elevados por la familia del joven, la fiscalía y los organismos de derechos humanos para agravar la imputación del oficial implicado. En la resolución, según pudo saber La Unión, la Sala dio a entender que aún hay todo un proceso en marcha para determinar la culpabilidad de Daniel.

El abogado del particular damnificado, en este contexto, sostuvo que tienen "la expectativa de que cuando esto llegue a juicio", al que irán "sin ninguna duda", podrán "revertir la situación". 

"En esta etapa de instrucción no lo podemos mostrar, pero quizás en etapa de juicio si logremos hacer entender la barbarie y la barbaridad que cometió la policía", enfatizó.

Al respecto marcó también que "pensar en una fecha de juicio hoy es raro" por los cambios "en todos los tiempos procesales" que ha generado la pandemia de Coronavirus. 

"Normalmente, la elevación al juicio ocurre al año o a los 14 meses. En esta oportunidad, la mayoría de las causas y de los procesos esta teniendo alrededor de 26 meses en la provincia de Buenos Aires, e inclusive en el ámbito federal. Hay causas de 3 o 4 años que no tiene fecha", explicó. 

Gómez, finalmente, confió en charla con La Unión que no permitirá "que se lleven a cabo juicios de manera virtual, porque se desvirtúan absolutamente todos los principios del derecho". 

"Llevar adelante un juicio virtual con todos los inconvenientes y vicisitudes que hemos tenido en este proceso contra este policía, sería desvirtuar absolutamente todos los principios del derecho. Habrá que esperar. En cualquier momento se estará elevando a juicio", completó, al tiempo que indicó que esta semana esperan novedades sobre las pericias. 

EL HECHO

Esa mañana del 20 de junio, un grupo de 12 policías del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) y de la comisaría 7° de Lomas irrumpieron en el lugar para buscar electrodomésticos que habían sido robados en una escuela de barrio. Pero se confundieron de departamento y entraron en la dirección equivocada.

Marina Candia, la mamá de Ignacio, dormía con su pareja, Nelson Cabrera, y su beba Ariadna, de dos años cuando pasó todo. Inmediatamente se encontró con que un grupo de policías que le apuntaba mientras ella levantaba en brazos a su hija. A Nelson lo tiraron al suelo y le pisaron la cabeza. Pero lo peor llegó después.

Cuando Ignacio escuchó los gritos quiso entrar a la casa para ver qué pasaba. Para hacerlo tenía que atravesar una puerta de chapa desde el patio, que no tiene cerradura ni picaporte, por lo que usó una especie de cuchillo tipo Tramontina. No llegó a dar un paso que se encontró con los oficiales y el subteniente Daniel le disparó con su escopeta. No dio la voz de alto y las postas de goma hirieron a "Nacho" directo en la cara.

Bañado en sangre, el joven de tan solo 17 años fue tirado al piso y pateado sin entender lo que sucedía: "Chorro de mierda", "Negro hijo de puta", fueron algunas de las agresiones que los agentes de la Bonaerense repitieron en el operativo, según la familia.