Las vecinas de La Perla que brindan su tiempo para ayudar

El desarrollo de la actividad barrial a través de la labor social es a lo que apuntan desde hace cinco años, tres mujeres que viven en La Perla y que cada lunes se juntan en una sociedad de fomento para dictar clases de apoyo escolar a los chicos que lo necesiten.

Teresa José Gagliardi, Micaela Varanini y Patricia Galasso todos los lunes a las 18 se presentan en la Sociedad de Fomento La Perla ubicada en Indalecio Gómez 732 no sólo para despejar dudas que traen los alumnos desde la escuela respecto de alguna materia, también realizan un gran trabajo de contención.

“Ellos no sólo van a aprender, también necesitan de nuestro afecto, les hacemos saber que son importantes para nosotras”, contó Teresa que además lleva un tiempo vinculada a realizar actividades solidarias en el barrio y hasta fue parte de un grupo de mamás unidas para hacer campañas sociales.

La responsabilidad y el compromiso social es lo que mueve a estas mujeres que nunca bajan los brazos y se encargan de buscar lo que los chicos necesitan.

“Notamos que en el últimos tiempo se incrementaron los pedidos porque la situación no es buena para nadie y nosotras tratamos de colaborar a través de campañas ya que los vecinos solidarios siempre responden”, destacó Micaela que además de dictar las clases de apoyo escolar se encarga de organizar los eventos que se llevan adelante en la sociedad.

Tras la clase de apoyo, los chicos toman una rica merienda gracias a la donación de facturas de la panadería La Perla. “Los familiares de los chicos también nos piden algo de comer o hay veces que necesitan ropa de abrigo y como nosotros contamos con un ropero solidario tratamos de colaborar con lo que tenemos”, señaló Micaela que con apenas 27 años asegura que se prepara para seguir involucrada en la cuestión social: “Estoy haciendo el curso para ser promotora de salud”.

Vinculadas al servicio es su mayor prioridad en este momento y es por eso que no falta ni un lunes para no defraudar a los chicos que las esperan para recibir una caricia y una palabra de afecto.

“Para mi es gratificante realizar esta tarea porque la vida me dio mucho y uno tiene que devolver lo que recibe”, concluyó Teresa que ya está jubilada y con su tiempo se dedica a seguir colaborando ya que también prepara junto a su nuera un taller de lectura en el cual los chicos tienen la posibilidad de interact