Mafalda y la censura franquista

Mundos personales .

Luego de algunas irrupciones esporádicas en campañas publicitarias, Mafalda se publicó por primera vez el 29 de septiembre de 1964 en la revista semanal Primera Plana.

Mientras que por estos días se están cumpliendo 50 años de la llegada de la creación de Quino a España, dónde también fue un furor como en otras tantas partes del globo. Este arribo ocurrió en plena dictadura franquista, un dato no menor.

La irrupción a tierras ibéricas de esta niña que amaba a Los Beatles y que odiaba la sopa se produjo en 1970 por iniciativa de la fundadora de la editorial Lumen, Esther Tusquets.

Las tiras de la pequeña más inconformista se publicaban en este sello después de haber sido rechazada por Carlos Barral, quien consideró que no entraba en los cánones en su línea editorial, que probablemente se habrá arrepentido de su particular decisión.

De todos modos, la cosa no fue fácil y hasta tuvo que sortear algunas los embates de la censura, que apeló a los más absurdos planteos.

Las historias de Quino se publicaron en España en tiras muy pequeñas a las que la censura de entonces le puso una banda lateral que aclaraba que era “solo para lectores adultos”.  Esta insólita advertencia se produjo al considerar que esta niña era “demasiado transgresora”.

Mafalda fue el espejo de una juventud progresista preocupada por el futuro más allá de la dictadura que comendaba Francisco Franco por aquellos días, cuando aún faltaba un lustro para su muerte.

A 50 años de la llegada de Mafalda a España, la editorial Lumen publica “El amor según Mafalda”, una selección de las tiras de Quino.

Según la editorial, este libro “habla mucho más de amistad, compasión, empatía y solidaridad, de amor al prójimo, amor propio y amor a las pequeñas cosas de la vida”.

Lola Martínez de Albornoz, editora de Lumen, aporta datos de esta publicación: “La selección de viñetas que aquí presentamos podría asumirse como una guía de comportamiento ante las injusticias del mundo”.

El éxito de Mafalda en España, y otras partes, se debió a su carácter universal, a pesar de tener tantos anclajes en la cultura Argentino, y esto llevó a que su creador tenga un vínculo cercano con ese país.

En 1990, Quino obtuvo la ciudadanía española, a sus  57 años. Según contó el humorista gráfico en una entrevista, le habían preguntado: “¿Y a esta edad se le ocurre a usted hacerse español?”

Ante la extraña interrogación, contestó con su chista habitual: “No, se me había ocurrido antes, pero es que entonces estaba Franco”.

Un par de años después, lugar en Madrid la exposición “El mundo de Mafalda”, organizada por la Sociedad Estatal Quinto Centenario.

Mientras que en 2014, luego de que Quino recibiera el premio Príncipe de Asturias, se instaló en Oviedo una estatua de Mafalda.

Mafalda cumple medio siglo de estadía en España, donde sorteó la censura franquista y sigue tan vigente como en Argent

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