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Veterinarios de animales y contenedores de familias

HAY 24.000 ESPECIALISTAS EN EL PAÍS. En su día, distintos profesionales de la zona Sur relatan las sensaciones y satisfacciones que les brinda el oficio, en el que muchas veces también deben actuar para serenar a los dueños de las mascotas.

Sara llega a la veterinaria con Flora, su “perrhija” de ocho años. Está preocupada porque la pichicha no quiere comer y piensa que quizá tiene que ver con que su hijo mayor se fue a vivir afuera y “Flo” lo extraña. Sara está triste, claro, y parece que el angelito de cuatro patas, también. El cuidado de las mascotas domésticas es la principal actividad de los veterinarios, que hoy celebran su día, una labor que en la práctica es más amplia: muchas veces deben ahondar en el vínculo dueño-mascota y contener a los clientes que los visitan con problemas personales o ante la desesperación por el padecimiento del animal.

La lomense Silvina Guerrero tiene 30 años y trabaja en la veterinaria La Huella (Laprida 691). Realiza su profesión con dedicación y sentimiento e indica vivencias positivas de su trabajo: “Vienen muchas familias que adoptan cachorros y quieren empezar con todos los cuidados que conlleva tener una mascota, está bueno cuando la integran a los hogares. Donde me siento más cómoda y realizada es en cirugía, ya que les puedo llegar a salvar la vida”.

Asegura que los animales son muy perceptivos y se ven afectados por los cambios, las pérdidas o las nuevas compañías, lo que lleva muchas veces que se enfermen y deban ser tratados, tal como probablemente le pasa a Flora. “Los dueños se acercan y te cuentan cosas del ámbito familiar, que pueden afectar o no a las mascotas. Tenemos que poner el hombro y la oreja para escucharlos y contenerlos, es parte de nuestra labor”, manifiesta quien se recibió en 2016 y trabaja en la veterinaria hace dos años.

Por su parte, Brenda Morlachi trabaja en el Hospital Veterinario del Sur, en Solano, donde incluso realiza guardias nocturnas, y opina sobre la “humanización” de las mascotas por parte de las personas: “Tratamos a los animales por lo que son, con cariño y responsabilidad. Pero es muy común ver a familias que los tratan como si fueran hijos, debido al cariño que les toman”.

"todas las batallas ganadas y que salieron bien te marcan y te enorgullecen", dice castronuovo.

La mujer, de 26 años, revela que frecuentan momentos de desesperación por parte de los clientes y que deben calmarlos y darles aliento, pero sin desatender que el foco principal es la situación que atraviesa la mascota. “Esta profesión es hermosa; poder asistir tanto al animal como despejar las dudas de sus dueños nos reconforta. Lo más lindo es ver cuando las mascotas salen adelante”, afirma Brenda, emocionada.

Si de satisfacciones se trata, el especialista de la Veterinaria Escalada (Uriarte 418, Banfield), Alberto Castronuovo, confiesa que son “muchas” y tras sus 35 años de trabajo en la misma veterinaria, “todas las batallas ganadas y que salieron bien te marcan y te enorgullecen”.

“Desde los 16 años que trabajo en una veterinaria porque realizaba el secundario de noche. Que lo que haya elegido para estudiar me dé la posibilidad de trabajar, vivir y sostener a mi familia es increíble”.

Según la Federación Veterinaria Argentina, hay 24.000 profesionales que ejercen sus actividades en los distintos hospitales, centros de salud y veterinarias del país. El Día del Veterinario Argentino se celebra hoy debido a que en 1883 comenzaban los primeros cursos en el Instituto Agronómico Veterinario de Santa Catalina (Buenos Aires), escuela pionera de estudios superiores. Recién en 1983, un siglo más tarde, se estableció como ley y se determinó como fecha ofic

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